De sangre azul
Virginia Rometty cree firmemente en el mantra que hace un siglo acuñó en piedra Thomas Watson, el fundador de IBM: no hay que ser conformistas, hay que arriesgar. Y con esa filosofía asumirá el cargo de consejera delegada de Big Blue, de la mano de Samuel Palmisano, el último encargado de reconfigurar el modelo de negocio del gigante tecnológico.
El relevo se producirá el 1 de enero. Rometty se convertirá entonces en la más importante entre el exclusivo grupo de mujeres al frente de las 500 mayores compañías de EE UU. Con su ascenso serán 17. Aunque, como otras ejecutivas que han llegado a lo más alto del organigrama corporativo americano, el género no es algo a lo que dedique atención. Los resultados van por delante.
Maestra en táctica, entra en el grupo de mujeres líderes empresariales
Rometty, de 54 años, es bien conocida en la industria. Ahora es vicepresidenta de ventas y marketing en IBM. Junto con Palmisano, lideró la táctica que llevó a la compañía del ordenador tradicional hacia nuevas líneas de negocio, para explotar las oportunidades de la era digital. Eso le colocó al frente de la sucesión, que disputó con otros veteranos de la casa en Rochester.
Por las venas de Rometty corre sangre azul. La ejecutiva cuenta con 30 años de experiencia en IBM. Tres décadas muy largas, durante las que la vio en lo más alto y caer en picado hasta casi desaparecer. Es precisamente en los momentos difíciles donde los gestores muestran su valía. Y su estrategia para hacer bailar al elefante funcionó y ahora vive un momento dulce.
Su carrera en IBM comenzó como ingeniera de sistemas. De ahí fue asumiendo con rapidez puestos de gestión. Su gran prueba de fuego fue la compra de la consultora PricewaterhouseCoopers, una operación llena de riesgos y no exenta de críticas. Como dice Palmisano, "ella cerró el acuerdo y ella lo hizo funcionar". Ahora, las soluciones a empresas son el pilar más fuerte.
Maestra en definir tácticas, parte de la base de que en un sector como el tecnológico, en continua mutación, no se puede aceptar lo inevitable. Es decir, asume de lleno que IBM debe seguir reinventándose y adaptándose con rapidez a los nuevos mercados y, a ser posible, crearlos. Su horizonte va más allá de 2015, cuando el plan en curso debe dar sus frutos.
El relevo no es una sorpresa, porque en IBM prima la política de la jubilación a los 60 años. Es la edad de Palmisano, que seguirá como presidente del consejo de administración, por lo que Rometty continuará teniéndole cerca para hacerle cualquier consulta y seguir la agenda para crear un "Planeta más inteligente". A veces, que haya más de lo mismo, también es bueno.
