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#madrid

Otoño accidentado. La añoranza de lluvia que bullía en las redes tras 51 días de sequía (y boina) en Madrid quedó definitivamente silenciada el pasado lunes por el aguacero matinal y los atascos kilométricos. La tragedia de llegar tarde a trabajar tras hora y media de atasco llenó de lamentos timelines de Twitter y muros de Facebook. Pero solo alcanzó notoriedad la foto del embotellamiento que Iker Casillas subió a su perfil personal para justificar (en vano) su incorporación tardía al entrenamiento del Real Madrid. Mourinho no se conmovió. "La semana empieza mal", concluía el capitán en su página personal.

Fuego en el aeródromo. Pero no solo la lluvia trastocó la rutina del lunes. Un aparatoso incendio en una de las naves del aeródromo de Cuatro Vientos obligó a suspender durante horas el tráfico de los pequeños aviones que suele alojar. En medio de la lluvia, el humo emborronó aún más el cielo del suroeste de la capital y, de paso, dio que hablar a la tribu tuitera local y nacional durante más de 24 horas.

Focos sobre el 'troll'. En busca de esa notoriedad adicional que la clase política reclama en tiempo de elecciones, la presidenta de la Comunidad de Madrid sacó a pasear el martes su perfil 2.0 para quejarse de las barbaridades que le dedican en Twitter algunos trolls (término que define en Internet a reventadores e insultadores vocacionales con identidad más o menos oculta). Pese a que las leyes de la Red recomiendan no alimentar al bicho (don't feed the troll, reza el axioma), Esperanza Aguirre citó un par de ejemplos cargados de mal gusto para demostrar qué "cantidad de gente" le "desea la muerte". El PP de Madrid remató la jugada detallando los tuits insultantes en su página web para mayor gloria de los difamadores, que de inmediato comenzaron a recibir las embestidas de los de la otra orilla. Hubo alguno que, abrumado por las dentelladas de sus iguales, optó por cerrar la cuenta. Ojo por ojo online que no llegó ni a trending topic.

M-30 y estupor. Las cámaras que habitualmente dan testimonio de niveles de atasco e infracciones diversas captaron un espeluznante episodio de violencia en mitad de uno de los túneles de la M-30. La discusión de dos conductores derivó en un espectáculo de matonismo y agresión al que ocupantes de otros vehículos asistieron impasibles. El vídeo (difundido por la policía el jueves tras detener a los agresores) se replicó sin parar en las pantallas de todo el país. A un ritmo similar, casi todos se hacían la misma pregunta en Twitter: "¿Por qué nadie paró a ayudar?".

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