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Lloret cae en la autocomplacencia

Ayuntamiento y empresarios rechazan la necesidad de cambiar de modelo turístico - Felip Puig califica de "anécdota" los graves incidentes del verano

Las batallas campales entre turistas y policía pusieron a Lloret de Mar frente al espejo este verano. El alcalde, Romà Codina (CiU), declaró que los graves disturbios marcaban un "punto de inflexión" para la localidad, que debía acabar con el "turismo de borrachera". Tres meses después, la jornada convocada ayer por el Club de Economía de Lloret mostró que la localidad ha pasado de la indignación a la autocomplacencia y que la imagen que refleja el espejo no tiene grietas.

Un total de 180 participantes -agencias de viaje, hoteleros, restauradores y comerciantes- participaron en la reunión. Los hoteleros no creen necesario un cambio de modelo. El alcalde tampoco lo mencionó. Los empresarios del ocio nocturno, señalados como principales culpables de los disturbios, pasaron desapercibidos. Hasta el consejero de Interior, Felip Puig, calificó los disturbios del verano de "anécdota", pese a que hubo decenas de detenidos y su departamento se vio obligado a aumentar la presencia policial.

Todo fueron flores. "Habéis hecho los deberes", alabó el director del Patronato de Turismo de la Costa Brava, Ramon Ramos, que defendió que Lloret ya ha diversificado su oferta en los últimos años. El manifiesto de la jornada, pactado entre el Consistorio, los gremios y el Club de Economía, califica el modelo turístico de Lloret de "dinámico" y recuerda que recibe más de 1,5 millones de turistas al año, lo que la convierte en un "motor económico". El documento solo se moja en un punto: hay que "erradicar determinadas ofertas minoritarias de turismo de ocio nocturno". Este punto, sin embargo, no salió en los debates.

Codina recordó que el Ayuntamiento prepara una ordenanza de civismo y otra del uso de la vía pública para impedir excesos, e insistió en que los operadores tienen que dejar de vender la imagen de que en Lloret "todo vale". El alcalde sí cree necesaria una regulación de los horarios de las discotecas, objetivo en el que Puig le echó una mano al anunciar que la Generalitat prepara una modificación de la ley para dar más discrecionalidad a los alcaldes, que "podrán ajustar los horarios en función de las conveniencias", declaró el consejero.

Cierre de locales

Codina quiere pactar con los empresarios el cierre escalonado de los locales para evitar aglomeraciones, sobre todo en la avenida de Just Marlés, que concentra la mayoría de las discotecas. Joaquim Boadas, secretario de la Fecasarm, que agrupa a los locales nocturnos, dijo que no quieren ni oír hablar de ello.

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El tono general quedó patente en unas palabras de Xavier Crespo, exalcalde de Lloret y diputado en el Parlament por CiU. "Lloret vale y tenemos que estar orgullosos de nosotros", dijo.

La única voz discordante fue la de José Antonio Donaire, director del Instituto de Estudios Turísticos de la Universidad de Girona, que aseguró: "Lloret necesita un pacto para poner los problemas sobre la mesa. Hay que consensuar un estándar de calidad porque las malas prácticas hacen daño a todos", precisó en referencia a los hoteles de bajo coste que promocionan productos como el todo incluido. En esto se mostró de acuerdo Ramos: "No todos podemos estar en el mismo equipo".

El pacto que pide Donaire será difícil de lograr a tenor de las declaraciones de hoteleros y empresarios de ocio nocturno. Los hoteleros mantienen que la única medida necesaria es que haya más policía. Nada de acabar con los paquetes de todo incluido o los disco-tours. "Si los eliminamos, los turistas se irán a Turquía o Egipto", aseguran.

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