Finestrat elude su responsabilidad en la riada del barranco de La Cala
La Confederación del Júcar reitera que había un veto claro al mercadillo
El Ayuntamiento de Finestrat, presidido por Honorato Algado, del PP, consintió la instalación del mercadillo municipal en el cauce del barranco de La Cala pese a la prohibición expresa del Gobierno desde octubre de 2010. El mercado fue arrasado el viernes por una riada que, además, se cobró la vida de un matrimonio británico. La fiscalía está a la espera de conocer el informe de la Guardia Civil para encauzar la acusación.
Tres días después de la tragedia, el alcalde de Finestrat se reunió con los afectados (unos 200 comerciantes) a los que anunció una primera línea de ayudas entre 1.000 y 2.000 euros por puesto. En paralelo, el regidor intentó justificar la celebración del popular zoco en pleno cauce del barranco en la supuesta ausencia de respuesta de la Confederación Hidrográfica del Júcar a una pregunta en ese sentido.
El alcalde anuncia una línea de ayudas a los comerciantes afectados
El regidor admitió el expediente sancionador del organismo de cuenca, "pero no dijeron nada del mercadillo". Algado también aludió a un supuesto proyecto, con tres alternativas, para encauzar el barranco al que tampoco, según él, respondió la CHJ. El regidor aseguró que la Confederación les había exigido la pavimentación de otro tramo del barranco. "Resulta muy confuso que tengamos que quitar el asfalto en una parte mientras que en otro tramo del barranco la misma Confederación nos exige que pavimentemos con hormigón", dijo.
Fuentes oficiales de la Confederación Hidrográfica del Júcar rechazaron ayer los argumentos del alcalde de Finestrat. "¿Cómo va a ordenar la Confederación que se pavimente un tramo del barranco?", se preguntó este portavoz. "¿Y cómo va autorizar el organismo de cuenca que se ocupe una zona de dominio público hidráulico?". Este portavoz insistió en que el Ayuntamiento "nunca" les ha trasladado petición alguna para autorizar el mercadillo en el barranco. Y sobre el supuesto proyecto para encauzar el barranco, esas fuentes señalaron que tampoco ha habido "nada" ni dentro del apartado de obras de interés general ni en los planes del Patricova, dependientes de la Generalitat Valenciana. "Nunca hemos sabido oficialmente nada de ese proyecto más allá de la promesa electoral que hizo el PP en 2007", recalcó el portavoz de la Confederación. La Confederación Hidrográfica del Júcar mantiene que el veto a instalar el mercadillo en el cauce del barranco es "claro y explícito" desde marzo de 2009, cuando, a instancias de una denuncia de la guardería fluvial, se incoó un expediente sancionador por ocupación del dominio público hidráulico.
El Ayuntamiento presentó una serie de alegaciones. La primera era que la infracción había prescrito por el tiempo transcurrido desde que hizo la obra. El organismo de cuenca la desestimó por considerar que las "obras de asfaltado del lecho del cauce del barranco de La Cala no estaban legalizadas". También desestimó otra alegación en la que el Consistorio responsabilizaba de las obras a la concesionaria del mercadillo. La CHJ solo admitió una de las alegaciones, la rebaja de la multa de 150.000 a 83.163, 28 euros en aplicación del nuevo reglamento que rige el apartado sancionador.
El 13 de julio de 2010 la CHJ elevó a la ministra de Medio Ambiente el expediente. Elena Salgado, entonces titular de ese ministerio, rubricó el 4 de octubre de 2010 el expediente en todos los extremos que proponía el organismo de cuenca. Uno de los apartados de la resolución decía textualmente: "Imponer al Ayuntamiento de Finestrat la obligación de abstenerse de ocupar el dominio público hidráulico del barranco de La Cala con el mercadillo municipal, en tanto no cuente en su caso con autorización del organismo de cuenca [la Confederación Hidrográfica del Júcar]".
Por su parte, los comerciantes afectados por la crecida del barranco se mostraron divididos tras el encuentro con el alcalde. Unos dieron un voto de confianza al regidor y otros, según informó la agencia Efe, mostraron su indignación a gritos de "justicia" y pidieron "una solución ya".
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