El jazz resistente del Johnny

Sus paredes han visto pasar lo mejor del jazz, el flamenco y la canción de autor de los últimos 40 años. "Este lugar es una leyenda", declaraba el músico de jazz Steve Lacy en su visita al San Juan Evangelista. Camarón de la Isla ofreció aquí su última actuación. "El San Juan es como mi segunda casa", decía Tete Montoliu. "No hay nada igual en todo el mundo".

Coincidiendo con el 40º aniversario de la institución, el Gobierno le concedió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. Algo que los colegiales celebrarán a lo largo de este mes y el que viene, con el apretado programa del 30º Festival de Jazz San Juan Evangelista. Un certamen que, para muchos, constituye la única oportunidad de escuchar el tipo de jazz ajeno a los intereses del mercado. Un tipo de música que apenas tiene cabida en ninguna otra programación.

Por el escenario del Johnny, como se le conoce popularmente, desfilarán estas semanas algunos de los mayores talentos del jazz internacional más comprometido e innovador. De la vanguardia sin cortapisas de los saxofonistas Steve Coleman y Rudresh Manhanthapa al canto jazzístico au pied de la lettre del norteamericano Kurt Elling y el flamenco-jazz de Pepe Habichuela y Dave Holland, a cuyo efecto el festival se trasladará de forma excepcional al escenario del Auditorio Nacional. La amplia y suculenta representación del jazz nacional cuenta con los madrileños Dead Capo, convertidos en grupo de culto con su frikismo jazzista; los valencianos Jerez-Texas y su mezcolanza de tradiciones mediterráneas diversas, y el homenaje que se le tributará a Juan Claudio Cifuentes, Cifu, en el 40º aniversario de su Jazz Porque Sí.

Fundador de su Club de Música y Jazz en 1970, Alejandro Reyes es el pasado y presente del Johnny. "La historia está ahí. Los años en que fue un bastión en la lucha contra el franquismo, los grandes nombres de la música y la cultura que han pasado por ahí, los ministros, rectores y académicos que han sido colegiales...".

Pero una cosa es la historia y otra el futuro, sobre el que se cierne la prescripción del plazo de alquiler del solar del edificio colegial y la posible venta del mismo. Si eso llega a producirse, El Johnny puede ser solo eso: historia.

En 2009, los colegiales salieron por vez primera a la calle bajo el lema "El Johnny no se cierra". La batalla por la continuidad del centro culminó con la promesa formal de los actuales propietarios de mantener sus actividades y proceder a las oportunas mejoras en el edificio. Apenas dos años después, los viejos fantasmas volvieron: algunos de sus actuales inquilinos afirmaron haber visto por los pasillos a grupos de personas sin identificar inspeccionando las instalaciones, presumiblemente con vistas a la adquisición del inmueble. Se hablaba de dos empresas dedicadas al negocio inmobiliario, "una inglesa y una española", cuyo propósito sería el de especular con el terreno previa demolición del actual edificio. En 2013 se cumple el plazo de 50 años por el que se cedieron a la Universidad Complutense los terrenos.

Así las cosas, el nuevo rector de la Complutense, José Carrillo, recibió a una comisión de colegiales un día antes de salir elegido en las urnas y reafirmó su apoyo a la causa.

Ayer arrancó el 30º Festival de Jazz del San Juan Evangelista, con alta dosis de entusiasmo y un presupuesto magro en extremo. Mientras, en los archivos de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad espera una instancia pendiente de resolución, a favor de la declaración del Club de Música colegial como Bien de Interés Cultural, y la preservación del edificio -actualmente con un "grado 2" de protección-.

Sábado 29 de octubre, 20.30.