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Reportaje:

"Seguimos adelante... por desgracia"

El Mar Sagunto pensó en perder en la Recopa para denunciar el abandono del balonmano

"No soy una friki del balonmano", advierte Cristina Mayo, madrileña de 59 años, a pesar de toda una vida dedicada a este deporte como jugadora, seleccionadora de España entre 2000 y 2002, entrenadora del Mar Valencia (ahora, Mar Sagunto) y desde 2010 presidenta del club. "Lo que me interesa es el rendimiento. Por ejemplo, cómo mejorar con un detalle a una jugadora". Licenciada en Psicología y en Educación Física, Mayo es una entusiasta de la transmisión del conocimiento tanto en su faceta de profesora de la Universidad de Valencia como de técnica durante 33 años. Su mérito es haber mantenido la llama del balonmano femenino en medio de la política deportiva de fanfarria y grandes eventos de la Generalitat valenciana, que paga un canon anual de 17 millones a Bernie Ecclestone por la fórmula 1.

"Es una lucha titánica. Cada año nos lo ponen más difícil", dice Cristina Mayo

"Es una lucha titánica. Estamos en el redoble de tambores. Cada año nos lo ponen más difícil", protesta Mayo, partidaria de que su equipo hubiera perdido la eliminatoria de la Recopa de Europa ante el Novo Mesto (Eslovenia) para ahorrarse los gastos de la próxima ronda, en enero. Pero ganó. "Seguimos adelante... por desgracia", añade, aunque nunca pidiera ni a la entrenadora, Susana Parejo, ni a las jugadoras que se dejaran ganar; "fue una manera de remover las conciencias".

Abandonado por los patrocinadores, el Mar Sagunto sobrevive por los 60.000 euros de la Generalitat, los 50.000 de la Diputación y otras ayudas del Ayuntamiento de su ciudad, muy vinculada al balonmano, ya que El Puerto de Sagunto acoge a su vez a un conjunto masculino de Liga Asobal. "Con lo que cuesta un solo coche de fórmula 1 se podría pagar todo el deporte semiprofesional español, no solo el femenino", denuncia Mayo.

El Mar Sagunto, entonces Osito L' Eliana, fue campeón de Europa en 1997. Venció al Viborg (Dinamarca) en una final épica. La estrella era la hispano-rusa Natalia Morskova, afincada en Valencia. También brillaban la actual preparadora, Susana Parejo, y su ayudante en el banquillo, Cristina Gómez, gran capitana de aquel conjunto legendario, 260 veces internacional con España, más que Epi (239) y Zubizarreta (126). La entrenadora, por supuesto, era Mayo. Desde entonces, el equipo se ha mantenido en las primeras posiciones, si bien ha cedido la hegemonía a Itxako Navarra, actual subcampeón de Europa.

¿Hacia dónde camina el deporte femenino? "Hay una latencia, una experiencia de éxito. Sabemos hacer las cosas. El conocimiento está y la selección fue subcampeona de Europa en 2008. Pero estamos en claro retroceso y, si tarda mucho la recuperación, se perderá todo", advierte.

Mayo no echa de menos entrenar, puesto que los últimos años fueron angustiosos: "Era horroroso no poder pagar a las jugadoras y luego motivarlas para que siguieran un poquito más". De alguna manera, la docencia es una prolongación del entrenamiento: "Siento placer por el conocimiento y por comunicarlo. Y hay que ser generoso, no guardarte nada. Ni un apunte ni una fuente. Hay que darlo todo". Añora, eso sí, los tiempos de los patrocinadores como Iber, una empresa valenciana de baterías de cocina muy implicada en la organización del club.

Tenía 26 años cuando empezó a entrenar y acumuló 12 títulos de Liga consecutivos. Llegaron a ser 18 seguidos con otros patrocinadores y cuatro más que vinieron más tarde con el centro comercial el Osito L'Eliana y el Ayuntamiento de esa localidad antes del gran fiasco en la temporada 2004-2005 de Astroc, compañía inmobiliaria creada por Enrique Bañuelos y ya desaparecida.

"Enrique se está inflando en Brasil después de dejar arruinada a media España. Me dijo: 'Haz el mejor equipo de Europa'. Al año y medio, nos dejó tiradas. Nos hemos rehecho porque las jugadoras, menos una , se avinieron a rectificar sus contratos", explica Mayo. ¿La solución para ayudar a estos clubes de deportes modestos? "La gestión pública con dinero privado, como en Estados Unidos", sentencia.

Hace dos años, tras un partido correspondiente a la Recopa, Mayo mandó literalmente a freír espárragos a Canal 9, la televisión autonómica valenciana. Ella fue concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Valencia de 1995 a 1999. Ahora simpatiza con el 15-M: "Aprendí que en la derecha hay gente estupenda y detestable, pero en la izquierda también. La izquierda ya no se diferencia en nada. La clase política se ha convertido en una clase que tiraniza. Tiene que haber un nuevo orden. Listas abiertas y leyes fiscales que persigan el enriquecimiento ilícito de los políticos. Estamos asistiendo a un saqueo de guante blanco. Tiene que acabarse la connivencia entre los políticos y el dinero. Lo de las cajas de ahorros no tiene nombre. Debe dejar de basarse todo en el engaño, la picaresca y el enchufismo".

Cristina Mayo, la presidenta del Mar Sagunto, en las instalaciones de la Universidad de Valencia.
Cristina Mayo, la presidenta del Mar Sagunto, en las instalaciones de la Universidad de Valencia.JORDI VICENT

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