El milagro Sant Andreu Jazz Band
Los 'niños' se merendaron el auditorio; Roseta y Gràcia Power, cumplieron
En Barcelona no puede haber fiesta mayor sin lluvia. Es ya una tradición como los castellers o los lateros. Así que en la noche del sábado fue la protagonista, pero respetando a los más jóvenes.
En la plaza de Catalunya más de 2.000 personas se agolpaban ante el escenario central para asistir a uno de los espectáculos más gratificantes: la Sant Andreu Jazz Band dirigida por Joan Chamorro. A las chavalas y chavales de la escuela municipal de música del barrio de Sant Andreu no les da miedo nada y en pocos minutos se merendaron el inmenso escenario. Su swing vibrante y efectivo cautivó de inmediato.
Ya no se debe mirar al escenario y ver que son niños para disfrutar de su propuesta. Se pueden cerrar los ojos, dejarse llevar por la música y nadie diría que algunas intérpretes eran casi más pequeñas en altura que sus instrumentos. Chamorro ha obrado el milagro: la orquesta suena potente y conjuntada, con sentimiento y puede respaldar a solistas con tanta guerra a sus espaldas como Ricard Gili y Perico Sanbeat, que ejercieron de invitados.
En la avenida de la Catedral, Cuca Roseta tuvo que cortar su actuación. El público esperaba pacientemente en portales, bares o bajo paraguas. Una espera que se alargó más de 40 minutos pero que valió la pena. El fado meloso y seductor de la portuguesa encajó con lo desapacible de la noche.
En Sant Jaume coincidió la desaparición de la lluvia con la descarga rumbera de Gràcia Power. El grupo, a pesar de la anarquía del escenario, lo tuvo fácil: los recuerdos reiterados tanto a Pescaílla como al Gato ayudaron.
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