"Hemos cometido algunos errores"
El máximo responsable de privacidad de Google es un americano de origen alemán que vive en París. Se llama Peter Fleischer y cree que el internauta debe imponer los límites en el uso de sus datos y ser consciente de sus actos en la Red. En su blog escribe de los problemas legales que están encontrando a medida que desarrollan servicios de localización o retención de datos.
Pregunta. ¿Cómo se gana Google la confianza de la gente?
Respuesta. Es lo que más nos preocupa. Respetar la privacidad es la base. Tenemos dos principios: ser transparentes con todos los datos que guardamos, explicando qué hacemos, cómo y por qué, y dar al cliente la posibilidad de escoger. Hemos cometido algunos errores, pero si pides perdón y lo corriges se puede volver a ganar la confianza. En todo caso, las diferencias son más generacionales. Un joven español lo ve de manera diferente de un español de más de 60 años, depende de lo habituados que estén a la tecnología.
"En Europa les importan más los datos que caen en manos de empresas"
"El concepto de privacidad es muy relativo. Es algo generacional"
"Si borramos lo que alguien no quiere, terminaremos con la historia"
P. En Alemania tuvieron problemas con Google Maps, ¿cómo lo han resuelto?
R. Lo que hacemos en todo el mundo, también en España, es que cualquiera puede ponerse en contacto con nosotros y pedirnos que quitemos algo que resulte ofensivo de las imágenes de StreetView (sistema de gran realismo para ver las calles). O si sale alguien, también lo puede hacer. En Alemania se dio un tiempo para que los ciudadanos dijeran a través de un trámite oficial, que no saliera su casa. Lo intentamos pero nos salió mal. Se difuminaron casas que no debíamos y al contrario.
P. ¿Respeta Google las recomendaciones de la Agencia Europea de Protección de Datos?
R. Lo intentamos, pero hay muchos debates abiertos dentro de la misma Europa. Son 27 países con diferentes leyes y formas de manejarse.
P. ¿Es muy diferente la idea de privacidad en Estados Unidos y en Europa?
R. Totalmente. En Estados Unidos son más escépticos con el Gobierno. En Europa les importan más los datos que caen en manos de empresas privadas. Los países con una memoria reciente de regímenes totalitarios están más preocupados, en general, por su privacidad.
P. Hay personas que fueron noticia por un delito, pagaron por ello y no quieren que eso aparezca más en Internet. ¿Qué pasa?
R. Esto no es un problema de Google, sino de los medios y los creadores de contenido. Si quieren, puede hacer que una página no aparezca en el buscador, hay herramientas para hacerlo y es muy sencillo. Quien se sienta aludido debería ir a quien lo publicó y decirle "por favor, quita esto", después el periódico le dirá sí o no o "estos son mis archivos y esto sucedió así". Nosotros solo podemos poner en contacto a las dos partes; un buscador es, por definición, neutral, solo somos una herramienta. Si un medio pone su archivo en la Red aparece en los buscadores. Esto abre un debate que va más allá: ¿Dónde termina la privacidad y dónde comienza la historia? Si borramos todo lo que alguien no quiere que salga de sí mismo, terminaremos con la historia. En Alemania tenemos el caso de dos personas que cometieron un asesinato, fueron a la cárcel y ya están libres. Ahora piden a Wikipedia que elimine todas las referencias a su asesinato. Wikipedia argumenta que no lo hará porque es historia, son hechos probados, no es el derecho al olvido, sino un archivo común.
P. Llama la atención que por un lado la sociedad se preocupe por su privacidad y al mismo tiempo los ciudadanos compartan momentos muy personales en YouTube, Picasa o Blogger. ¿Qué opina?
R. El concepto de privacidad es muy relativo. Es algo generacional. Los que tienen más de 50, como yo, apenas tienen nada de sus primeros 30 años de vida. Los que tienen 20 años están inmersos en Internet. De la generación de mis padres no hay más que 10 fotos de su juventud y desaparecerán para siempre. En YouTube y Picasa el usuario puede escoger compartir con amigos, con familia, con todo el mundo o dejarlo en privado. La cuestión es que tiene que ser consciente al hacer la elección. La tecnología no es culpable de nada, los usuarios deben ser conscientes de lo que comparten en Internet.
P. ¿Google lee el correo de Gmail para ofrecerme anuncios relacionados?
R. Ninguna persona viola la privacidad, pero sí lo escanean robots para encontrar que si, por ejemplo, pregunto a mis amigos por un restaurante en Madrid, aparecerán anuncios de restaurantes en Madrid porque estaba entre las palabras clave; pero nuestros robots que sirven la publicidad no quieren saber ni quién eres, ni dónde estás.
P. ¿Qué piensa de la salida de Google de China?
R. Creo que hemos sido consecuentes. Nos pedían que aceptáramos sus reglas de censura y nos negamos. Fuimos valientes y la solución es ofrecer las búsquedas, pero derivándolas a Hong Kong.
P. Su sistema de reconocimiento de imágenes, Goggles, también genera polémica. ¿Puede Google decirle a alguien quién soy mostrando una foto mía?
R. Cuando lanzamos ese servicio, que consiste en escanear la realidad, en hacer una búsqueda por imágenes en lugar de por palabras, decidimos que esto nunca se haría. ¿Se imagina ir por la calle y que le dijeran a los demás quién es? Técnicamente se puede adaptar, es posible hacerlo, pero nuestro compromiso es que no suceda.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.