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Feijóo pide a los suyos una campaña centrada en "quienes no votaron al PP"

El presidente exige a sus alcaldes que prediquen con el ejemplo de la austeridad

Al más puro estilo Mariano Rajoy. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, -que también lo es del PP gallego aunque no acostumbre a comparecer desde este cargo- convocó ayer a la prensa para clausurar el comité de dirección que su partido convocó de urgencia tras el anuncio del adelanto electoral. Tampoco en ese acto quiso dar explicaciones sobre asuntos espinosos del partido en una intervención que no admitió preguntas de los periodistas. Sí aprovechó el presidente que los micrófonos y cámaras empezaron a grabar para arengar a los suyos sobre la importancia de las elecciones que se avecinan, las más trascendentes desde la Transición, según dijo.

Ante el secretario general, Alfonso Rueda, los presidentes provinciales, y un buen número de alcaldes y cargos orgánicos, pidió que la campaña de las generales se centre en "quienes no votaron" al PP "porque nunca España necesitó tanto de una alternativa política". "Es una ocasión histórica para mostrar que la política puede volver a unir y no dividir y que los políticos somos gente honorable". Inciso: si la convocatoria fuese una verdadera rueda de prensa, Feijóo podría aclarar en este punto si respalda la decisión conocida este fin de semana de la alcaldesa de Melón de designar a su marido -y antecesor en el cargo- director general de este pequeño ayuntamiento ourensano para sortear una condena que lo inhabilita para ejercer cargo público. Si Feijóo aceptase preguntas, también cabría una respuesta sobre si contribuye al honor de los políticos ratificar a candidatos tránsfugas o a alcaldes imputados en graves casos de corrupción como el PP gallego hizo en Fisterra o Mazaricos. Pero a la prensa no se la convocó para preguntar sino para que tomase notas, así que el presidente siguió a lo suyo.

El PP alega que con Rajoy "Galicia será escuchada por un presidente gallego"

Feijóo exigió a concejales y alcaldes que prediquen con la austeridad como reclamo para las legislativas del 20-N con el objetivo de incrementar los votos en las cuatro circunscripciones y que "Galicia sea escuchada en un gobierno presidido por un gallego". Feijóo acusó de múltiples engaños al Gobierno central. A los ataques conocidos por negar la crisis y aumentar el paro (que creció en Galicia en más de 60.000 personas desde que el PP llegó a la Xunta) sumó la "mentira" del AVE. El presidente gallego, que nunca ha querido dar por roto el Pacto do Obradoiro que lo llevó a él mismo a firmar hace año medio a la vista de cámaras y grabadoras sobre un documento que certificaba que el tren rápido llegaría en 2015, dijo no poder creer a este Gobierno tampoco cuando habla de obras.

El mismo presidente gallego que aplaza el pago de los hospitales de Vigo y Pontevedra y de 20 centros de salud durante cinco legislaturas acusó al Ejecutivo de Zapatero de dejar a deber AVE, autovías y pistas de aeropuertos. Garantizó que Rajoy flexibilizará el mercado laboral para crear empleo y puso como ejemplo las políticas económicas de Aznar, las mismas que provocaron el despegue de España a lomos del boom del ladrillo.

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