"Hay que buscar otras tareas para los arquitectos"
El Colegio de Arquitectos de Galicia contará en breve con un nuevo responsable que afronta un momento difícil para un colectivo muy castigado por la crisis del ladrillo
Jorge Duarte (Boimorto, 1966) tomará posesión en apenas dos semanas como nuevo decano del Colegio de Arquitectos de Galicia (COAG) y sustituirá en el cargo a Celestino García Braña. Su candidatura fue la única presentada en el proceso electoral que acaba de cerrarse y encara este desafío con el objetivo de facilitar a los arquitectos nuevas vías para poder desarrollar su actividad ya que la caída del sector de la construcción ha tenido un gran impacto en esta profesión. Duarte tiene experiencia en cargos similares ya que hasta ahora dirigía la delegación de Santiago del COAG. Además, ha ejercido la profesión en el sector privado como socio del estudio Atrio.
Su especialidad es la rehabilitación, precisamente uno de los campos que, a su juicio, deben convertirse en uno de los principales campos de actuación de los arquitectos para hacer frente a la enorme caída de proyectos que se han registrado por el impacto de la crisis en el sector de la construcción. En su opinión hay que ser estrictos a la hora de aplicar la legalidad urbanística y reconoce que los arquitectos tienen su cuota de responsabilidad en las desfeitas realizadas en muchos municipios costeros de Galicia.
"La crisis es fuerte en la construcción y dramática para los arquitectos"
"Tenemos parte de culpa en los crecimientos desproporcionados"
"Hay que ser rígidos para hacer respetar la legalidad urbanística"
Pregunta. ¿Qué objetivos se marca en este mandato que está a punto de iniciar?
Respuesta. La profesión vive un momento complicado por los efectos de la crisis. Uno de nuestros principales objetivos va a ser el de ampliar el campo de trabajo para los arquitectos. Hay posibilidades de que los profesionales de este sector trabajen más de lo que lo están haciendo actualmente en terrenos como la rehabilitación de viviendas o la mejora de la eficiencia energética de los edificios. Hasta ahora parece que nuestro trabajo solo consiste en realizar un trámite burocrático para construir un edificio cuando es mucho más que eso. Nuestra labor consiste en ordenar las ciudades en particular y el territorio en general y contribuir a la mejora de los mismos.
P. En que grado está afectando a su colectivo el parón de la construcción que se registra tanto en Galicia como en el resto de España.
R. La crisis en el sector de la construcción es muy fuerte pero para los arquitectos es dramática. En estos momentos se están realizando en Galicia un 10 o 15% de los proyectos que se realizaban en 2008. El nivel de paro en la profesión es muy elevado y se están cerrando estudios porque es cada vez más dificil que se encarguen proyectos. Además, creo que en el futuro va a ser muy complicado que los arquitectos que acaban de salir de la universidad puedan encontrar trabajo. Por eso es muy importante encontrar nuevas vías de trabajo para el colectivo.
P. ¿Puede tener algún efecto positivo el parón en la construcción para poner fin a las malas prácticas que han contribuido a estropear el paisaje gallego?
R. En los últimos años se hicieron demasiadas viviendas. Especialmente en lo que se refiere a segundas residencias se alcanzaron unas proporciones que no son nada razonables. Hubo una presión muy fuerte en muchos municipios de la costa y ahora hay muchas viviendas que difícilmente podrán ser vendidas. Efectivamente, la crisis puede tener un efecto positivo en el sentido de impedir que se siga construyendo en estos lugares que están saturados. Además, por fin tenemos un Plan de Ordenación del Litoral que puede servir para no repetir errores del pasado y proteger mejor nuestras costas.
P. ¿Qué le parecen casos como el del municipio lucense de Barreiros, una localidad donde van a emplearse fondos públicos para dar servicios a áreas donde se construyeron miles de viviendas sin cobertura legal?
R. En todo lo que se refiere a la legalidad urbanística hay que ser muy serios. No se puede legalizar a posteriori lo que se ha hecho mal porque contribuye a dar la impresión de que al final todo vale. Lo que hay que hacer es ser consecuente con la normativa que tenemos y aplicarla, aunque también hay que tener en cuenta las circunstancias particulares de cada caso. En general, creo que tenemos que ser bastante rígidos para hacer respetar la legalidad urbanística.
P. ¿Los arquitectos pueden contribuir a evitar que se produzcan estos desmanes antes de firmar los proyectos?
R. Considero que los arquitectos tenemos nuestra cuota de responsabilidad en todo lo que ha sucedido en estos últimos años. Somos culpables en parte de los crecimientos desproporcionados en viviendas que se han registrado en algunos puntos del territorio, pero también tienen su responsabilidad el resto de la sociedad y las propias Administraciones.
P. Resulta paradójico que haya muchas viviendas vacías en la costa y en cambio muchas familias tengan problemas para acceder a una vivienda digna. ¿Cómo se puede empezar a cambiar esta situación?
R. Realmente creo que no ha habido nunca una apuesta clara y decidida para conseguir que la vivienda sea un bien más accesible. Una de las principales medidas que habría que tomar es rebajar el precio del suelo y para eso tienen que intervenir las Administraciones. Por otra parte, también hay que flexibilizar las condiciones de acceso a la vivienda protegida. No puede ser que la mayoría de la población no pueda acceder a este tipo de vivienda.
P. ¿Considera que la caída de precios de la vivienda ha tocado fondo en Galicia o aún puede seguir bajando?
R. Si tenemos en cuenta el stock de viviendas que existe en las zonas costeras, ahí los precios pueden seguir bajando. En cuanto a las ciudades, es posible que hayamos tocado fondo y que empiece a producirse un repunte de precios muy lento en los próximos tiempos.
P. La Cidade da Cultura acaba de abrir sus puertas. ¿Qué le parece el proyecto y que posibilidades tiene de tener éxito y convertirse en un foco de atracción de visitantes a Galicia?
R. Creo que este proyecto responde a otros tiempos tanto económicos como culturales. En los momentos en los que fue concebido el proyecto la arquitectura como reclamo turístico estaba en su apogeo y ahora ese momento ha pasado. Creo que es un proyecto desproporcionado y sin rigor programático, pero ahora hay que dotarlo de contenidos y minimizar sus costes. Hay que pensar en atraer a otro tipo de turista distinto al que suele llegar a Santiago. El perfil sería el de un visitante interesado en la cultura y que prolongue su estancia durante más tiempo en la ciudad. Lo que hay que hacer es dotar de contenidos a los edificios porque el complejo puede merecer una visita pero tiene que servir para mucho más y contribuir a dinamizar la cultura de este país.
P. Desde un punto de vista técnico ¿le gusta el proyecto?
R. La Cidade da Cultura nace de una idea sugerente. Tal vez es un proyecto un poco excesivo pero aún así se han conseguido espacios con una gran calidad arquitectónica.
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