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Crítica:LIBROS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Tragedias de la vida vulgar (Cuentos tristes)

Narrativa. Quizá sea excesivo calificar estas Tragedias de la vida vulgar de "el mejor libro español de relatos", como hace Fernando Iwasaki en la breve introducción que acompaña el rescate (muy necesario, sin duda) de este libro de Wenceslao Fernández Flórez (1885-1964), porque el tiempo le ha pasado factura; especialmente en el estilo, además del gusto del autor por ciertos vocablos y construcciones algo artificiosas. Salvado este escollo, el lector encontrará unas cuantas historias bien construidas, protagonizadas en su mayoría por criaturas humildes o de la clase media urbana, que constituyen una dolorosa radiografía del raquitismo y la decadencia de la España de entreguerras. Bastantes de ellos sufren "sencillas amarguras" y "dramitas sencillos" que un personaje considera como los "granos de sal que da a paladear la vida", y que el autor relata en un tono también sencillo para que sea "más bondadosa nuestra risa, como en una charla suave". Pero no abunda el humor. Es en el análisis psicológico, el trazado de los minúsculos movimientos de una conciencia, y de los factores -incluidas las emociones y los afectos- que impulsan a obrar de un modo u otro, así como en la recreación de escenas que reflejan los valores sociales, y los usos y costumbres, y la mentalidad colectiva, donde estas historias alcanzan sus momentos más brillantes. Destacaré 'La onza de chocolate', protagonizada por dos niñas de carácter tan extremo como opuesto entre sí: la malvada imaginativa y la crédula ingenua. También 'El claro del bosque' y 'La fría mano del misterio', que anticipan el realismo mágico de El bosque animado (1943).

Tragedias de la vida vulgar (Cuentos tristes)

Wenceslao Fernández Flórez

Prólogo de Fernando Iwasaki

Ediciones 98. Madrid, 2010

225 páginas. 18,50 euros

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