Camps dedica menos de 10 minutos a la nueva reforma del Estatut

Entró a las 11.44 en el hemiciclo y lo abandonó a las 11.53, nada más acabar la votación. Ayer, el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, ni siquiera permaneció en las Cortes Valencianas -a las que acude sólo cuando no tiene otro remedio- la hora y media que duró el debate de la reforma "puntual" del Estatut d'Autonomia que ya fue reformado en 2006.

Aunque permaneció unos minutos en los pasillos del Parlamento, Camps no quiso hablar sobre la inclusión de una cláusula de blindaje de las inversiones del Estado en territorio valenciano similar a las de los estatutos andaluz, extremeño o catalán, que apoyaron los populares, los socialistas y el grupo Compromís y en la que se abstuvo Esquerra Unida. Pese a las alusiones del diputado del PP David Serra a la "altura de miras" de Camps y del socialista Joan Ignasi Pla cuando negociaron el Estatut en 2006, ninguno de los dos estaba presente en la Cámara durante el debate de una reforma que aplaudieron los populares puestos en pie mientras la oposición la acogía con frialdad.

El líder socialista y candidato a la presidencia de la Generalitat, Jorge Alarte, se felicitó durante una visita a Torrent, como había hecho en las Cortes el diputado Antoni Such, de que el Consell haya promovido ahora lo que propuso el PSPV-PSOE en 2006 y entonces rechazó el PP.Alarte lamentó "el tiempo perdido" porque Camps y el PP no quisieron incluir hace cinco años el blindaje de inversiones, que consideraban inconstitucional y recurrieron sin éxito en los estatutos andaluz y catalán. También criticó que Camps acudiera fugazmente a las Cortes para no hablar de la reforma del Estatut.

Tanto el socialista Antoni Such como el portavoz de Compromís, Enric Morera, hicieron alusión a la ausencia de Camps antes de que el presidente entrara en el hemiciclo con tiempo justo para pulsar los botones de votación. Socialistas y populares apoyaron la modificación del Estatut que pactaron en 2006 pero se recriminaron los problemas de financiación de la Generalitat. El popular David Serra denunció la "injusticia" de las inversiones estatales con el Gobierno del socialista Rodríguez Zapatero y Such aseguró que en los últimos tres años esas inversiones han estado por encima de lo que prevé la reforma aprobada ayer.

Morera, que planteó una reforma más ambiciosa en la línea de otros estatutos, con referencias, por ejemplo, a la deuda histórica, acusó al PP y al PSPV-PSOE de negarse a apoyar para los valencianos "lo que aceptan para otras comunidades", pero acabó secundando la propuesta. Marga Sanz, de Esquerra Unida, que proponía ampliar a los municipios la comisión mixta que ha de tratar las inversiones, anunció la abstención de su grupo porque no se aborda el problema del déficit en la financiación autonómica.

La nueva disposición incluida en el Estatut d'Autonomia prevé que, de forma no vinculante para el Gobierno, como ha establecido el Tribunal Constitucional, "la inversión del Estado en la Comunidad Valenciana, excluido el Fondo de Compensación Interterritorial, será equivalente al peso de la población de la Comunidad Valenciana en el conjunto del Estado por un periodo de siete años".

Como reconoció el consejero de Gobernación, Serafín Castellano, al terminar el debate, la nueva reforma estatutaria ha de ser aprobada por las Cortes Generales y, posteriormente, ratificada en referéndum. Aunque el Consell y el PP llegaron a insinuar que no habría que votarla, se ha impuesto la evidencia de que la reforma efectuada en 2006 requiere que cualquier modificación del Estatut que no sea una mera ampliación de competencias sea votada.

La Comisión Constitucional del Congreso, que preside Alfonso Guerra, recibirá la propuesta de reforma, que no decaería aunque se disolvieran las Cortes Generales o acabara la legislatura. La aprobación ha de ir acompañada del permiso al Consell para convocar en el plazo de seis meses un referéndum de ratificación. Probablemente el año que viene, en fecha por determinar, pues, los valencianos serán convocados por primera vez en referéndum como pueblo con autogobierno para aprobar una disposición adicional, cuando no han tenido esa posibilidad para aprobar el propio Estatut, ni en su versión de 1982 ni en la reforma de 2006. Paradojas de la política valenciana.