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Dos casos de legionela en una residencia de ancianos

Las dos mujeres octogenarias afectadas ya han sido dadas de alta

Elena G. Sevillano

Un foco de legionela localizado en la residencia pública Nuestra Señora del Carmen, en Fuencarral (Madrid), ha obligado a desalojar a 57 ancianos dependientes que vivían en las dos zonas del centro afectadas por la contaminación de la bacteria. Se trata de un foco doble, según precisó ayer la Consejería de Medio Ambiente. Las muestras tomadas en dos puntos distintos de una misma tubería de agua dieron positivo el pasado lunes. Según la consejería, la alarma saltó a finales de diciembre, cuando dos residentes que tuvieron que ser ingresadas por sendas infecciones respiratorias dieron positivo en legionela.

Los análisis de Salud Pública descubrieron este lunes concentraciones elevadas de la bacteria en dos puntos de una tubería, que corresponden con dos de los 17 módulos de los que consta la residencia.

Todos los mayores que residen habitualmente en esos dos módulos fueron trasladados el martes a otras zonas dentro del mismo centro. Esa parte de la residencia, de gestión directa, ha sido recientemente reformada para adaptarla a personas dependientes.

Salud Pública llevaba tiempo tomando muestras en distintos puntos de la residencia para llevarlos a analizar, explicó una portavoz de Asuntos Sociales. Todos los cultivos dieron negativo hasta que, el pasado lunes, las muestras recogidas en una tubería presentaron alta concentración de bacterias de legionela. Fue entonces, añadió, cuando se puso en marcha un protocolo de actuación que incluye, entre otras medidas, el traslado preventivo de los 57 mayores cuyas habitaciones están en los dos módulos afectados.

Las dos personas contagiadas enfermaron los días 6 y 19 de diciembre y fueron trasladadas al hospital. Se trata de dos mujeres, ambas octogenarias, que ya han sido dadas de alta, según la portavoz. Se les hicieron análisis y los resultados positivos para legionela llegaron a finales de diciembre, en un caso, y principios de enero, en el otro. Desde entonces, los técnicos de Salud Pública habían estado buscando el foco del contagio.

Una de las medidas que se tomaron para evitar la proliferación de la bacteria fue retirar las alcachofas de todas las duchas y los vaporizadores de los grifos. La legionela es una bacteria que vive en el agua, y que necesita determinadas condiciones de temperatura para proliferar. Es peligrosa cuando se concentra en torres de refrigeración o en instalaciones con agua templada. Se transmite por el aire, a través de aerosoles (gotas diminutas). Las alcachofas de las duchas las diseminan, de forma que pueden penetrar en las vías respiratorias y causar neumonías.

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Asuntos Sociales subrayó ayer que realiza análisis periódicos en todas las residencias de mayores. Aseguró también que desde el mes de diciembre se han producido en la residencia Nuestra Señora del Carmen varios casos de infecciones respiratorias, pero que los análisis llevados a cabo en los hospitales donde ingresaron los residentes siempre han dado negativo para legionelosis. Los ancianos volverán a sus habitaciones cuando finalicen todos los procedimientos que garanticen la seguridad, añadió.

Fue el sindicato UGT el que alertó ayer de la presencia de legionela en el centro. Su secretaria del sector autonómico, Eva López, informó de la existencia de un "brote", del que los trabajadores se habían enterado por la visita de un médico de la Comunidad de Madrid el martes pasado. Según explicó, hasta entonces no se les había informado de a qué respondían medidas como la retirada de las alcachofas de las duchas. El sindicato pidió ayer a la Comunidad de Madrid que "investigue las causas, y ponga, inmediatamente, en marcha los protocolos de actuación para la eliminación de la bacteria". El año 2009, el último del que hay datos, se registraron en la región 47 casos de legionelosis. En 2010 serán muchos más, ya que solo el brote que afectó al centro de Madrid contabilizó 47 contagios.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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