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DeChant y los patrones humanos

El IVAM muestra la primera exposición del fotógrafo estadounidense

La geometría perfecta de los azulejos de un pasillo subterráneo en Tokio. El caótico orden casi fractal de una favela de Río de Janeiro. El reflejo imperfecto de un edificio de Oscar Niemeyer en Brasilia. Un cruce de pasos de cebra en Kioto. Las fotos del artista estadounidense Bernie DeChant encuentran pautas donde el Homo sapiens común apenas posa la vista. Y luego dispara. "Suelo intentar encontrar patrones en todo lo que veo", argumenta DeChant, que afronta su primera exposición en Valencia, "me fijo en los patrones de los paisajes o en la gente, e intento establecer vínculos".

Durante la presentación de la exposición Brasil and beyond, que ofrece el Institut Valencià d'Art Modern (IVAM) en la Sala de la Muralla hasta el próximo 20 de marzo, el fotógrafo reconoció ayer que su pasado profesional, diseñador gráfico durante 10 años antes de comprarse su primera cámara de fotos, hace apenas un lustro, ha condicionado su visión estética. Y si otros artistas del enfoque tienen como referentes a los grandes de la fotografía, él se fija más en arquitectos como el genio brasileño Niemeyer a la hora de analizar hitos arquitectónicos, o en artistas plásticos como Edward Hooper cuando se trata de retratar la vulnerabilidad del ser humano.

DeChant (Racine, Wisconsin, 1972), que ya obtuvo premios con su empresa de páginas web, se enganchó a la fotografía durante un viaje a Sudamérica en 2005. "Brasil supuso una fuente de inspiración para mí, fue como una chispa", explica el autor. Y de aquella época datan sus impactantes imágenes de los inmaculados edificios de Brasilia o las texturas en color de las favelas cariocas. Todo cambió para él y luego abordó los paisajes urbanos de Nueva York o de las grandes urbes japonesas.

Al mismo tiempo, descubrió otros registros, más íntimos, que ahondan en aspectos humanos como las relaciones sociales o la soledad, fotos en las que quizá más se ve la influencia de Hooper. Un catálogo de interesantes personajes inmersos en ambientes oscuros, pero sosegados, que no sórdidos, que DeChamp encuentra en lugares tan apartados como una caseta de feria de tiro al blanco en Marruecos, una callejuela de Hong Kong o el retrato de una mujer en Memphis.

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