_
_
_
_
LOS PAPELES DEL DEPARTAMENTO DE ESTADO | El conflicto palestino

El misterioso y dramático destino de la viuda de Arafat

La esposa del líder palestino perdió su pasaporte y sus propiedades por un enfrentamiento con la primera dama de Túnez, lo que le obligó a dejar el país y refugiarse en Malta

"¡No puedo creer lo que ella me ha hecho!" "¡Lo he perdido todo!". Suha Arafat, de 47 años, la viuda del histórico líder palestino Yasir Arafat, gritaba, en octubre de 2007, desde La Valeta (Malta) durante una conversación telefónica con el embajador de Estados Unidos en Túnez, Robert Godec.

El diplomático no ahorró esfuerzos para averiguar el porqué de la caída en desgracia de la ex primera dama palestina. No llega a una conclusión definitiva, pero sospecha que Leila Ben Ali, de 53 años, esposa del presidente tunecino, Zine el Abidine Ben Ali, de 74 años, se enfadó con Suha cuando supo que esta había sido indiscreta acerca de una boda estratégica que ella estaba intentando organizar.

"Leila Ben Ali, de 53 años, cree que sucederá a su marido, de 74 años, como presidenta tunecina"
"Los miembros de la amplia familia de Ben Ali pueden hacer lo que quieran con impunidad"

Las propiedades de Suha en Túnez fueron entonces incautadas mediante la fabricación de falsos documentos. Sus amigos y sus colaboradores, incluido el director del banco del que era clienta, estaban siendo también presionados, se lamentó Suha ante el embajador. "A todo aquel que me apoya se le castiga", repetía. La culpa de su desdicha la tenía Leila.

Dos meses antes de esa conversación, en agosto de 2007, un decreto publicado en el boletín oficial de Túnez retiraba a Suha y a su hija Zahwa, que entonces tenía 12 años, la nacionalidad que el presidente Ben Ali les había concedido 11 meses antes mediante otro decreto. Suha, su madre, la periodista Raymonda Tawil, y su hija fueron expulsadas de Túnez.

Concluía así la historia de amor de Suha con un país que la acogió a finales de los ochenta, en el que empezó a trabajar a las órdenes de Arafat -Túnez fue la sede de la Organización para la Liberación de Palestina hasta 1993-, en el que se convirtió al islam -su familia era cristiana- y en el que en 1990 se casó con el líder palestino, que tenía 34 años más que ella.

Arafat murió en París a finales de 2004 y Suha, poco apreciada en Palestina, regresó a Túnez, donde montó prósperos negocios con Leila Ben Ali, la esposa del presidente, a la que la Embajada de EE UU coloca en la cima de la corrupción sobre todo en un informe, de junio de 2008, titulado Lo que es suyo es mío. En él describe a la familia del jefe del Estado como una "cuasi mafia".

Las dos mujeres decidieron abrir en septiembre de 2007 la Escuela Internacional de Cartago, un colegio privado para las élites tunecinas en el que Suha invirtió 2,5 millones de euros. Cuatro meses antes el Ministerio de Educación cerró la Fondation Louis Pasteur, un establecimiento privado para las élites "muy respetado", según el embajador estadounidense, so pretexto de que no cumplía con la legislación vigente. La movilización de los padres de los alumnos no logró impedirlo. Al contrario, se les animó a matricular a sus hijos en el nuevo centro.

Este recibió en agosto de 2007, según estipula un decreto presidencial, una subvención de 1,79 millones de dinares (941.500 euros), equivalente a la cuarta parte de su presupuesto de funcionamiento. El embajador Godec se asombra de esta "generosidad nada común". "(...) ningún colegio ha sido construido tan rápidamente, ni el Ayuntamiento ha levantado con tanta eficiencia los accesos viales, ni colocado la señalización de las calles y los semáforos", ironiza.

Un mes antes de que abriese este próspero negocio, sin competencia tras el cierre del Louis Pasteur, Suha fue expulsada de Túnez. ¿Qué había pasado? "Lo que estamos haciendo no es ético", le dijo Suha a su socia, refiriéndose a la clausura del Louis Pasteur. Y a partir de ahí ambas mujeres disputaron hasta que la viuda de Arafat fue expulsada del país, según contó ella misma al embajador Godec.

"Leila Ben Ali y su familia roban todo lo que tiene valor en el país", le espetó a continuación Suha al embajador. "El presidente está debilitado por su lucha contra el cáncer [de próstata]", continuó. "Pasa todo el tiempo jugando con su hijo y siguiéndole por la residencia". "Hace lo que su mujer le pide que haga". "Leila cree que sucederá a su marido como presidenta de Túnez". "Los miembros de la amplia familia de Ben Ali pueden hacer lo que quieran con impunidad, incluido falsificar documentos".

El embajador Godec recoge en su nota de 2007 otras versiones sobre la apertura del nuevo colegio "presidencial" y el cierre arbitrario de su rival, pero, al final, tiende a creer a Suha, porque las puertas del Louis Pasteur fueron selladas. "Aunque sean difíciles de probar, hay una parte de verdad en las historias sobre la corrupción que circulan en torno al colegio", escribe.

Dos años después, a mediados de 2009, un tunecino de toda confianza y conocedor de aquella guerra de colegios proporcionó al embajador Godec une nueva versión de lo sucedido. Mucho antes de que Leila Ben Ali tomase la decisión de abrir su propio colegio, el Louis Pasteur ya estaba en el ojo del huracán.

En 2003 el director del Louis Pasteur se negó a admitir a un sobrino de Leila porque no cumplía los requisitos. En 2004 suspendió además a un retoño de la familia presidencial. El ministro de Educación le exigió que revisase la nota o que se preparase para el cierre del colegio. El director rechazó subirle la puntuación.

La expulsión de Suha y de su hija no guarda relación alguna con la nueva escuela. Leila Ben Ali "conspiraba por aquel entonces para casar a su sobrina", de 18 años, con el jeque Mohamed bin Rachid al Maktoum, de 61 años, primer ministro de los Emiratos Árabes Unidos y emir de Dubai, según la fuente fidedigna del embajador. Cuarta fortuna entre las monarquías reinantes, Al Maktoum posee ya dos esposas, una de ellas hermana del rey Abdalá de Jordania.

Suha se enteró de las maniobras de de Leila y llamó, para contárselas, a la reina Rania de Jordania. Aquella gestión de la viuda palestina llegó a oídos de la esposa del presidente. Debió de interpretar que intentaba abortar su plan alertando al rey Abdalá de que su hermana tendría que competir en Dubai con una nueva y joven esposa del jeque Al Maktoum. Leila Ben Ali reaccionó obligando a Suha a marcharse del país.

Buscador de cables

Ver todos los documentos »
Suha Arafat, entonces esposa del líder palestino Yasir Arafat, en 2004.
Suha Arafat, entonces esposa del líder palestino Yasir Arafat, en 2004.REUTERS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_