Morata, el recogepelotas atlético que admiraba a Raúl
Cuando era pequeño, Álvaro Morata tenía fotos de Raúl en su cuarto. Anoche debutó en el mismo estadio que vio debutar al ex capitán del Madrid. Mide 1,90... nada que ver con Rulo. Pero empezaron en la misma cantera, la del Atlético. Morata ingresó en la escuela infantil rojiblanca con 12 años y se quedó hasta cadetes. "Le tenían todos un gran cariño, era recogepelotas en el Calderón", recuerda Armando De la Morena, quien le tuvo en Cadete. "Le llevamos a hacerse las pruebas con el Atlético por culpa del abuelo Ignacio, hincha colchonero", recuerda Alfonso, el padre de Morata. En la prueba había unos 500 niños.
"Nos llamaron y nos dijeron que le querían. Dije que no, porque ese año Álvaro no iba bien en los estudios. Tuvo que repetir. Un año más tarde lo volvieron a llamar y ya dijimos que sí", cuenta Alfonso. Quejas solo ha tenido en el tema escolar. "Por lo demás era un buen niño. Comía de todo, era una aspiradora. En la vida le he oído decirme: 'Papá no me gusta esto". Morata, al que Mourinho sigue viendo como una opción para el futuro porque no le considera formado para el primer equipo, llevaba tres convocatorias seguidas. El pasado sábado contra el Valencia estaban sus padres y un sinfín de primos en el Bernabéu. Se quedaron sin verle. "El día antes hasta encontró tiempo para comprarle un ramo de flores a su abuela Carmen y llevárselo a casa como sorpresa. Se quedó viuda hace poco y necesita mimos", confiesa el padre de Álvaro. "Es observador, afable, siempre tiene un detalle con los demás", le define José Luis Giménez, su técnico en infantiles del Atlético.
Morata siempre jugó de delantero, posición en la que empezó en el colegio El Prado de Mirasierra. "Venía de jugar en el cole y al principio le costó un poco meterse en el vestuario. Pero su generosidad le facilitaba las cosas. Desde muy pequeñito era una máquina de hacer goles. Además, era muy difícil quitarle la pelota porque juega muy bien de espaldas a la portería", analiza Giménez. Por aquel entonces era un pequeñajo. "En un año pasó de ser el más pequeñito de la plantilla al más alto y el más fuerte. Pegó un estirón tan grande que sufrió muchas lesiones", dice De la Morena.
El estirón prosiguió el año siguiente en el Getafe y terminó en 2008, cuando llegó al Real Madrid. Sergio Piña fue quien le entrenó en el Juvenil C. "Me recuerda a Morientes aunque creo que es más completo porque es mejor con los pies. En el juego aéreo no he visto nada igual y técnicamente es el mejor de la cantera blanca", apunta Piña. "Yo solo quiero que aprenda a soltar los codos... siempre salta con los brazos caídos y ya se ha llevado unas buenas", concluye su padre.
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