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El Papa en Compostela

Ambiente de carnaval en el 'Camiño a Teo'

El anuncio de que se esperaba a 200.000 papistas los puso en fuga, como a otros miles de compostelanos, solo que a ellos de manera militante. El Camiño a Teo, en un recorrido inverso por el Camino Portugués, fue seguido por un centenar de personas que secundaron la convocatoria de Todo dios a Teo y salieron del campus universitario al mismo tiempo que aterrizaba en Lavacolla el avión del Papa.

Una camiseta enfundada en una cruz encabezó, a modo de estandarte, la atrabiliaria comitiva que convocaron Sei o que nos figestes y Komunicando.net. y que se revistió con disfraces rescatados del carnaval: sotanas abiertas hasta los muslos para mostrar piernas peludas y enfundadas en medias de malla, tocas de monja, monaguillos, catequistas o cardenales cuya principal salmodia apenas fue más allá del Pa-papapa-papa-pa....

Llegaron dos horas después al campo de fútbol de Santo Domingo, en Solláns-Calo, municipio de Teo, tras cruzarse con algunos peregrinos que cubrían el último tramo del Camino Portugués con prisas para no perderse el acontemiento de Compostela y que, no obstante, se detuvieron para abrir paso al cortejo y digerir su estupor. En el campo de fútbol ya había otro centenar de personas -casi nadie disfrazado- que hicieron el pasillo al cortejo, ahora precedido por un grupo de gaiteiros, y donde unos coreaban "O noso xubileo é o camiño a Teo" y otros respondían "Aleluia, aleluia".

Todo este pitorreo buscó, según explicaban los portavoces de las organizaciones convocantes, expresar un frontal rechazo a la visita del Papa y al derroche de dinero público, "máxime en estos tiempos de crisis". Ellos mismos se declaraban sorprendidos por "el éxito sin paliativos" de su convocatoria. Aunque la mañana, con densa niebla, no se prestaba para romerías, ateas o beatas, acabó asomando el sol y medio millar de personas acudió a la romería.

Las gaitas distrajeron la interminable espera, en cola, por el plato único de churrasco y chorizo criollo, a seis euros el cubierto. También se servía "mistela más hostia", al mismo precio que las cañas, un euro. Y se admitían aportaciones al "cepillo" para que los músicos del "concierto maléfico" cobraran algo, ya que los 1.000 euros del presupuesto solo alcanzaban para pagar la sonorización. Cuando comenzó la misa del Obradoiro, subió Homes sen Medo al escenario de Teo, por el que pasó media docena de grupos.

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