"La cabra de la Legión es mi familia"
Pregunta. Aunque el que Rajoy vaya de telonero en su conferencia tiene un punto, ¿no le hace usted demasiado la pelota?
Respuesta. Nunca se le hace lo suficiente en estos casos. Eso viene en las normas. Y aparte, es amigo mío.
P. ¿Mohamed VI sigue sin invitarle a merendar?
R. Pues sí, y me extraña mucho que todavía no haya reparado en esto.
P. Juan Carlos I es tío del rey de Marruecos, dado que era hermano de su padre. ¿Usted tiene impresión de hacer de primo?
R. Pues muchas veces sí, porque me da la impresión de que clamo en el desierto cuando grito lo que me hace falta para Melilla. Ahí sí hago el primo.
P. El 30% de los afiliados al PP en su ciudad son musulmanes. ¿No siente tentación de catequizarles para que abracen la verdadera religión?
R. No. La tentación y la catequesis mía es para hablar de la libertad, y decir que ninguna religión está por encima de ella.
P. Ande que negarse a quitar la estatua de Franco... ¿En todo es tan nostálgico?
R. No. Es que tiene al lado una palmera que hace juego, y si no sería destrozar el paisaje. Se la ofrecí a la ministra de Defensa. Estoy esperando que se la lleve.
P. Siendo presidente de todos, se apuntará al Yom Kipur, al Ramadán, al ayuno y abstinencia... ¿Cuándo come?
R. Yo como bien. Pero en Ramadán engordo, porque hago mis comidas clásicas y luego voy a la invitación del Ramadán.
P. ¿Cuál es su político de cabecera?
R. Al que admiro más de todo el mundo, Kennedy.
P. Como le oiga Mariano...
R. Yo creo que Mariano también admira más a Kennedy que a ninguno. A nivel mundial e histórico.
P. ¿Rajoy tiene estrés laboral?
R. Mariano Rajoy será el mejor presidente que tenga España. Y el estrés lo lleva bien, porque se autocontrola perfectamente, es muy sensato y aparece como debe ser un hombre de Estado, un líder.
P. Melilla es cuna de lo mejor de cada casa: Arrabal, Luis Prendes, Emilio El Moro, usted mismo. ¿Un derroche?
R. Un derroche. Sobre todo, yo mismo.
P. Ha llamado frívolo a Zapatero. ¿Tan casquivano le encuentra?
R. Total. Si no se da cuenta de los problemas que tiene encima de la mesa sobre Melilla... Sería yo masoquista si le aplaudiera.
P. Mucho más gallarda la toma militar de Perejil por Aznar.
R. Con Perejil había que hacer algo. Si nos vamos y dejamos aquello hubiera sido muy negativo para España.
P. Pues en el 99 se quejaba de la desatención de Aznar. Qué peligro, las hemerotecas.
R. Sí, señor. Es la grandeza de la hemeroteca. Hubo unos accidentes allí y el presidente no fue. Me quejé, y además con razón.
P. Si gana el PP, ¿qué gana Melilla? ¿Llegará el maná a espuertas, y Rajoy en un carro de fuego, como Elías?
R. Llegará el maná a espuertas. Habrá menos paro, más riqueza compartida y más desarrollo cultural y educativo.
P. Como mascota, ¿prefiere la gaviota del PP o la cabra de la Legión?
R. Hombre, yo la cabra de la Legión. Es mi familia. Son mis ancestros, compréndalo.
P. ¿Se confiesa más en la calle Génova o en la parroquia de la esquina?
R. En Génova.
P. Creo que es un maestro en danza del vientre y sevillanas.
R. Lo que me gusta es verlas. En práctica soy muy malo. Todavía no he conseguido la categoría de maestro. Pero me desarrollo más en las sevillanas, las cosas como son.
P. ¿Perdona más un trapicheo político o unos cuernos?
R. Hombre, los cuernos todavía no me han tocado. No sé si puedo perdonar porque no los he vivido en primera persona.
P. ¿Y el trapicheo sí?
R. No, no, tampoco. Pero se escucha más... No, no, se oye más el tema de los cuernos. No hay trapicheo político, qué va.
P. ¿Cree que en Melilla hay moros en la costa?
R. En Melilla lo que hay es distancia incomprendida. Y hace falta más acercamiento. Pero moros en la costa no hay. Eso habría que preguntarlo en Marruecos: si hay alguno que se dedique a las prácticas a las que usted alude.
P. Buena pregunta para cuando le invite a merendar Mohamed.
R. Pues me gustaría, y le agradecería que me invitara a merendar. Le diría: vamos a llevarnos bien, tú allí y yo aquí, y vamos a ayudarnos y a colaborar, dentro de mi humildad y del microbio que soy comparado con su grandeza. Pero sí, se lo diría.
Perfil
Tiene 66 años, cuatro hijos y un punto socarrón que quizá en ocasiones pueda volverse revirado. Dice que no tiene gracias, excepto hacer bien la tortilla francesa, y, aunque se sabe que es un maestro en el karaoke, ataca con escasa convicción y limitado éxito el himno de Melilla (vídeo en elpais.com). Hace "cierto deporte", y parece un hombre tranquilo, al que no se ve especialmente novio de la muerte, a pesar de la cabra.
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