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TRINIDAD JIMÉNEZ | La candidatura socialista a la Comunidad de Madrid

Lealtad a Zapatero por encima de todo

Anabel Díez

"Quien está preparada para ganar también lo está para perder; y yo lo estoy". Esta aseveración la han escuchado de Trinidad Jiménez las personas de su entorno desde el primer día que empezó la carrera por la candidatura a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Ayer reaccionó de forma serena al conocer el resultado, con un argumento de peso; el único: "Los militantes han querido este resultado y no hay nada que objetar", les dijo a sus desconsolados colaboradores.

Una vez más, como ya ocurrió en 2003 cuando fue candidata a la alcaldía de Madrid, atendió la sugerencia de José Luis Rodríguez Zapatero, de que podía aspirar a ser la candidata a la Comunidad de Madrid. Los sondeos indicaban que con ella había alguna posibilidad de que el PP perdiera la mayoría absoluta. "Tuvo margen para decirle que no; pero no lo hizo", afirman en su entorno.

Le pesa perder porque cree que con ella el PSOE tendría más bazas No ha podido evitar que Zapatero sea el protagonista de la derrota
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Y esos principios a los que alude no son cláusulas de estilo, clichés o tópicos. En Trinidad Jiménez son de verdad, aseguran quienes trabajan con ella desde la etapa municipal madrileña. Estos se esfuerzan por convencer de que en ella no hay nada impostado a pesar de que durante años ha sufrido ataques personales por su supuesta ligereza y frivolidad.

De su padre, el magistrado Francisco Jiménez Villarejo, muy respetado en su profesión, dicen que le viene el sentido "del esfuerzo, del compromiso y la responsabilidad". De su madre, "la vitalidad y el optimismo", indispensables para que esta madre de nueve hijos fuera a la Universidad con 42 años e hiciera la oposición para funcionaria de prisiones. Trinidad, malagueña como sus padres, nació en 1962 y se vinculó al PSOE, primero a las Juventudes Socialistas, desde los 21 años, y estudió Derecho en Madrid. Siempre se ha movido con una determinación casi arrolladora. Otra cosa han sido los resultados. Cuando con otros diputados socialistas impulsó a José Luis Rodríguez Zapatero en 2000 para que emprendiera el camino de la secretaría general del PSOE, "la insistencia de Trini fue determinante para que diera el paso", ha relatado en diversas ocasiones Zapatero.

Por lealtad a él, la ministra de Sanidad se embarcó en la pugna por la alcaldía de Madrid y ha vuelto a hacerlo ahora. La derrota le duele por dos motivos. Porque cree que con ella las elecciones en la comunidad estarían muy reñidas. Y porque el protagonista de la derrota, a su pesar, no es ella sino Zapatero.

SCIAMMARELLA

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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