Un solo idioma para ortodoxos y heterodoxos
Juan Goytisolo y la 'Nueva Gramática' de la Real Academia Española ganan el Premio Internacional Don Quijote
Hasta que en diciembre del año pasado la Real Academia Española puso las cosas en su sitio -es decir, en el siglo XXI- la gramática del español y Juan Goytisolo tenían la misma edad. Ambos habían nacido en 1931. Casi ocho décadas después, el novelista barcelonés tiene plaza en la historia de la literatura y la norma académica cuenta con una oceánica edición a la altura de la segunda lengua global del planeta. Los dos obtuvieron ayer el Premio Internacional Don Quijote de la Mancha, dotado con 25.000 euros y convocado por la Fundación Santillana y la Junta de Castilla-La Mancha. Goytisolo en la categoría de la trayectoria individual más destacada. La Nueva Gramática de la Lengua Española, en la categoría de mejor labor institucional de difusión y conocimiento de la cultura en español.
"En Marruecos el fútbol es el mejor aliado del español", dice el escritor
En su reconocimiento a la obra del autor de Señas de identidad el jurado destacó a un escritor que "ha renovado la novela española, prolongado el vigor del pensamiento crítico y sostenido, con su influyente presencia internacional, el diálogo cultural con el mundo árabe". Goytisolo, que recibió la noticia en Tánger, donde pasa el verano, recordó ayer que fue la estancia de Cervantes en Argel, "aunque fueran cinco terribles años de prisión", los que abrieron al autor del Quijote a un mundo distinto, "a una diversidad de razas y religiones que ya no existía en una España tomada por el dogma; él pudo escabullirse". Para el novelista, el de Cervantes es "el territorio de la duda" y su lección tardó en llegar a España. Salió de La Mancha, atravesó -azares de la lengua- el Canal de La Mancha para fecundar en Inglaterra la novela del siglo XIX y saltó a América: "A nosotros nos llegó a través de Borges, Cabrera Infante, Carlos Fuentes y Vargas Llosa".
¿Y el futuro del español? "No hay motivo de preocupación. En Marruecos los institutos Cervantes son un éxito. Y luego está el fútbol". ¿El fútbol? "Sí, el Barça y el Real Madrid son aquí los mejores embajadores de la lengua de Cervantes. Se les sigue mucho por televisión. Cuando España ganó el Mundial hubo un alarido de júbilo en los cafés y la calle se llenó de ruido de cláxones".
De fijar el recto funcionamiento de esa lengua pegada últimamente a un balón se ocupa una gramática a la que el jurado del Premio Don Quijote se refirió como "la obra monumental que más ha aportado a la unidad normativa del español desde hace más de un siglo". Ignacio Bosque, ponente de la obra, destaca que el éxito de la nueva edición demuestra el interés por la lengua que tienen los hablantes. Eso sí, le gustaría que ese interés tuviera su traducción en las escuelas: "Hay que combatir la idea de que las palabras son solo el adorno de las ideas y subrayar, además, que es parte del patrimonio común. La enseñanza debería centrarse menos en la terminología y más en el estudio de la relación entre forma y sentido". Un trato con el idioma que forma parte, recuerda Bosque, de la tradición de muchos países de América Latina: "Solo hay que pensar en el nivel medio del léxico que usa un adolescente colombiano".
El Premio Internacional Don Quijote llega este año su tercera edición. En las dos anteriores lo recibieron, de manos del Rey, el escritor Carlos Fuentes y el presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, en 2008, y Mario Vargas Llosa y Gloria Macapagal Arroyo presidenta de Filipinas, en 2009.
El jurado, reunido ayer en Madrid, estuvo presidido por José María Barreda, presidente de Castilla-La Mancha, está integrado por Víctor García de la Concha, director de la Real Academia Española; María Ángeles García, consejera de Cultura de Castilla-La Mancha; Gregorio Marañón, presidente del Patronato de la Fundación Teatro Real; la escritora brasileña Nélida Piñon; Carmen Caffarel, directora del Instituto Cervantes; Juan Luis Cebrián, consejero delegado de PRISA (grupo editor de EL PAÍS); Emiliano Martínez, presidente del Grupo Santillana, y Basilio Baltasar, director de la Fundación Santillana. Los premiados recibirán el galardón este otoño en Toledo.
La nueva norma del español del siglo XXI
El jurado del Premio Don Quijote habla de la Nueva Gramática de la Lengua Española como de una "obra monumental" y el adjetivo -a falta incluso del tomo dedicado a la fonética y la fonología que, coordinado por José Manuel Blecua, se publicará antes de final de año- puede traducirse en números: 22 academias trabajando para culminar 3.800 páginas con 40.000 ejemplos dedicadas a la morfología y la sintaxis. Los trabajos comandados por Ignacio Bosque, que insiste en el carácter panhispánico y colectivo de la nueva norma -"yo soy un simple coordinador"-, duraron 11 años en los que, con la ciencia como único imperio, nunca se puso el sol. Cuando anochecía para los filólogos de una orilla del Atlántico amanecía para los de la otra. El rigor y la informática hicieron posible una obra impecable a la altura del español del siglo XXI.
El novelista que recoge los rumores del tiempo
"Que mi estilo se adueñe de los rumores del tiempo". Juan Goytisolo puso esta cita de Karl Kraus al frente de su última novela, El exiliado de aquí y allá (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores), publicada en 2008, el mismo año en que obtuvo el Premio Nacional de las Letras Españolas. A él le da grima la palabra nacional y, en efecto, su obra debe más al rumor de un tiempo que al ruido de una geografía. Por eso renunció en los años sesenta a una cómoda carrera atada al realismo al uso para dar un salto sin red que produjo títulos como Señas de identidad o Juan sin tierra. Su España es la que no vendió la inteligencia en el mercado de la esencias, la de la Celestina, don Quijote y Blanco White, del que Goytisolo publicará en otoño, en Taurus, una amplia antología sobre la independencia de América.
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