"Trabajo mejor con contratos cortos"

Guardiola en estado puro. 55 preguntas, una hora ante las cámaras y las cosas claras. El técnico del Barça afronta su tercera temporada en el cargo, recién renovado, con los mismos bríos e idéntico trabajo. "Sacar lo mejor de mis jugadores", aclara.

Su despacho fue ayer un hervidero. Primero acudieron los jugadores cedidos (Hleb, Cáceres y Víctor Sánchez, toda vez que Keirrison y Henrique están en Brasil) el año anterior -"Hay que buscarles una salida", certificó Guardiola-, y después recibió a Ibrahimovic, a Andoni Zubizarreta, director deportivo en funciones a falta de la firma, al nuevo director de comunicación y a parte del cuerpo técnico. Mucho trabajo con la meta firme. "Debemos mejorar para ser más competitivos. El Madrid lleva dos años sin ganar nada... A ceros [dinero] no le podemos ganar, pero en entusiasmo y en tirar hacia delante, sí. Con humildad, hay que atacar más que nunca", enarboló como bandera para este curso. Su aparición, siempre aguardada como agua de mayo porque traza las directrices del club -al menos en lo deportivo-, dio para mucho.

- Renovación por un año. Cuando Sandro Rosell se supo presidente del Barça, anunció que renovaría a Guardiola por seis años. El técnico, sin embargo, rechazó esa oferta y la siguiente, de dos años más uno, para firmar por una campaña. "El presidente me ofreció seis años para darle estabilidad al club. Pero le dije que la estabilidad jamás la dará el entrenador, sino los directivos", explicó Guardiola. La renovación, en cualquier caso, es un incentivo para el entrenador. "Trabajo mejor con contratos cortos", puntualizó; "necesito saber que las cosas funcionan, que tiramos para delante. Y si eso es así, se renueva. Pero si estoy cansado o saturado, tanto si tengo un año como cuatro de contrato, me iré".

- Rosell manda. El presidente acudió a visitar el Monasterio de Montserrat, al Ayuntamiento y a la Generalitat antes de renovar a Guardiola. "Ha tenido otras prioridades", le justificó el técnico; "acaba de llegar y tiene muchas cosas que hacer". Un retraso que no esconde la incidencia de Guardiola en el club; el fichaje de Adriano es suyo y en la conformación de la nueva dirección deportiva tuvo bastante que ver. "Soy un empleado del club", insistió; "parece que tenga las llaves de todo y que sea el amo de la barraca. No es así. Solo decido en mi parcela". Y se refirió al área deportiva: "El presidente puso sus nombres, yo los míos, y se decidió. Me siento partícipe, pero no tomo la decisión definitiva. El presidente manda".

- La venta de Chigrinski. Guardiola aseguró que el central seguiría en el equipo mientras él fuera el entrenador. "Soy un mentiroso", reconoció; "pero lo primero son las exigencias y necesidades del club". Y se explayó: "Le dije al presidente que quería a Chigri en el Barça. Pero la necesidad económica del club se impuso". Aunque cuestionado de nuevo ahondó la venta. "Sí, era para salvar las nóminas de algunos empleados del club", soltó.

- Ibra sigue en el equipo. El delantero sueco tiene hueco en el Barça. Pero hay quien le sitúa fuera del club. "A mí no me ha dicho nada de que quiera irse", convino. Aunque dejó claro que el futuro de Ibra depende de Ibra. "Por respeto a su figura, decide él si quiere seguir o marcharse". No ocurre lo mismo con Márquez, que charló con Guardiola antes de las vacaciones y que, consciente de que no le prometen minutos, tiene la última palabra para prolongar su estancia en el club o buscarse una salida. "Quizá deje el club", avanzó el técnico.

- La insignia de Cruyff. La versión ácida de Guardiola llegó cuando se tocó a Cruyff, que hace dos semanas devolvió la insignia que le acreditaba como presidente de honor del club, idea propulsada por el ex presidente Laporta y mal vista por Rosell. "La vinculación de Johan con el Barça nunca desaparecerá", analizó; "algo se ha hecho mal en este asunto. No sé si la propuesta, la aceptación... Pero esta situación no se la merece ni Cruyff ni el Barça porque van muy ligados". Y, rotundo, remató: "Si es necesario, le pediré consejo sobre cuestiones relativas a mi formación. Para mí, Johan seguirá muy presente".

- Sanción segura. Competición sancionó el año pasado con 15.000 euros a Guardiola por acusar de mentiroso al árbitro Clos Gómez, por considerar que maquilló el acta con palabras que no había pronunciado. "Así lo demuestran las cámaras", manifestó, al tiempo que aseguró que agotará todas las vías de apelación. "Si en lugar de decir mienten, hubiese dicho que no dicen la verdad, probablemente no me sancionarían. Pero es que mienten".

- A la espera de un medio. El Barça ha fichado a Villa y Adriano, que fue presentado ayer, para suplir las marchas de Henry y Chigrinski. Pero no hay respuesta a la ausencia de Touré. "No tenemos un duro; no ficharemos", dijo; "pero falta alguien en el medio. ¿Cesc? No sé, manda el Arsenal. Y si no, tiraré del filial". El Barça, en cualquier caso, depende en gran medida de Messi. Guardiola lo mima. "Le dije que volviera cuando quisiera", señaló.