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La alta demanda de deuda rebaja la prima de riesgo española

El Tesoro culmina con éxito la última subasta de bonos de julio - China y los fondos soberanos árabes se lanzan a comprar títulos españoles

Julio se aventuraba un mes complicado para el Tesoro. Las dudas sobre la capacidad española para pagar los casi 25.000 millones que vencían este mes cundieron en los mercados. La prima de riesgo tocó máximos. Ni el ajuste presupuestario ni los 750.000 millones para rescatar al euro que puso sobre la mesa la Unión Europea bastaron. Han tenido que ser las normalmente aburridas subastas de bonos -o sea, los hechos y no las declaraciones o las previsiones- las que disipen las dudas y alivien parte de la presión que ejercen los mercados sobre la deuda española.

Ayer se celebró la subasta de obligaciones a 15 años. Era la última subasta de bonos del mes, en el que solo quedan pendientes dos colocaciones de letras. El Tesoro aspiraba a colocar entre 2.000 y 3.000 millones. Recibió demandas para 7.700. Así que pudo captar 2.999 millones con cierta facilidad. Cierta, porque tuvo que pagar un tipo de interés marginal del 5,114%. El precio más alto desde 2000. Sucedió algo parecido el pasado 1 de julio. Hacienda recibió peticiones en la subasta por casi 6.000 millones y al final colocó 3.500. Y en la emisión sindicada de bonos a 10 años de la semana pasada el Tesoro colocó 6.000 millones tras recibir peticiones por 14.500 millones.

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En esa emisión de la semana pasada, los inversores asiáticos suscribieron un 13%, según los datos oficiales, y fuentes del mercado cifran entre 500 y 600 millones los suscritos por China. Ayer, el Tesoro recibió una petición de compra de deuda de 1.000 millones procedente de China, apuntan varias fuentes del mercado. "Eso es una señal muy positiva", explican las mismas fuentes, "eso quiere decir que los chinos apuestan por los valores el euro, y tienen confianza en España". Pero el dinero no solo fluyó ayer desde China. Según fuentes del mercado, también desde los fondos soberanos de países árabes se acudió a la subasta, con lo que estos países toman en parte el relevo de los tradicionales inversores de los países desarrollados.

Esa mayor presencia de inversores árabes y asiáticos se produce tras una gira en la que el Tesoro ha presentado en países como China o Japón la estrategia de financiación española.

"Ha ido bien", sentenció ayer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en el debate sobre el estado de la nación en referencia a la subasta. Lo mismo han debido pensar los inversores en las últimas semanas. Si el mes pasado la diferencia entre los títulos alemanes a dos años llegó a los 279 puntos básicos, ayer cayó hasta los 174. Algo similar ha ocurrido con los bonos a cinco años. Menos llamativa y continuada ha sido la reducción del diferencial del bono a 10 años, la referencia más habitual, aunque ayer se redujo con fuerza y volvió a quedar por debajo de los 200 puntos básicos.

"Esta es la prueba de que en el mercado se están disipando las dudas sobre la capacidad de España para hacer frente los vencimientos de julio", explica José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney. Lo normal es que los intereses que se pagan por los títulos a corto plazo se aproximen más a los de los tipos oficiales del Banco Central Europeo; mientras que los del largo plazo se ajusten a las previsiones de inflación y crecimiento. Así aunque la distorsión todavía es grande -los tipos oficiales están en el 1% y la rentabilidad de los bonos a dos años es del 2,5%- lo cierto es que se ha ido corrigiendo en las últimas semanas.

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