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Dos muertos en Leganés con apenas tres horas de diferencia

El padre murió en el piso tras perder gran cantidad de sangre

Juan Diego Quesada

Dos crímenes. Una misma localidad. Y menos de tres horas de diferencia entre ellos. El primero fue fruto de un brote psicótico que llevó a una hija a acuchillar a su padre. El segundo, en un ambiente de heroína y bajos fondos, un veinteañero lanzó supuestamente por las escaleras al novio de su madre.

Ese hombre se llamaba Ángel Prestel, aunque todo el mundo le conocía como Angelillo, y tenía 39 años. Apenas acababan de darle el alta en el hospital y ya andaba en el parque con una lata de cerveza. Eso fue el viernes. Estaba solo, vio a Caridad que también estaba sola y se pusieron a hablar de lo solos que estaban los dos. Decidieron irse juntos a casa de ella.

Al llegar a la vivienda, en el barrio de La Fortuna, se toparon con el hijo de Caridad, un chico de 21 años, con pelo largo, aficionado al hip-hop, que no veía bien que su madre llevase amantes al piso. "No vengas más. Vete", le amenazó el chaval, de nombre Roberto Gómez. Pese a todo, ayer de madrugada los dos solitarios volvieron casi a escondidas al piso, en la calle de Santa Isabel de Hungría, con la mala suerte de que se volvieron a encontrar con Roberto. "Empezaron a pelearse y mi hijo, que es un sinvergüenza, lo sacó al rellano. Los dos forcejearon y tiró a Angelillo por las escaleras de un golpe", cuenta Caridad Fernández en el salón, encharcado por agua y con la comida del perro esparcida por el suelo.De su pared cuelga un título de diplomada en auxiliar de enfermería. Sacó el curso con un notable. "Da igual eso, no le hagas caso. Mi único oficio ha sido la droga y la desgracia", afirma la mujer. Angelillo, de aspecto frágil, se golpeó en la cabeza y se hizo numerosas fracturas por el cuerpo. Ocurrió sobre las cinco de la mañana y de inmediato fue trasladado al hospital Severo Ochoa de la localidad. Murió al poco tiempo de llegar, según un portavoz de Emergencias 112. "Llevábamos novios tres días. Los dos hemos sido yonquis y sabíamos cuidarnos, pero ha pasado esto. Un horror", añade. Roberto fue detenido horas después, según un portavoz de la Jefatura Superior de Policía.

Tres calles más abajo vive la madre de Angelillo, quien cuenta que su hijo tuvo "mala vida", siempre mezclado con la delincuencia y las drogas. Fan de Bruce Lee y de la música flamenca, pasaba las horas muertas en el parque cerca de su casa. "Pese a todo era buen niño. Hace un par de días me dijo: 'Mamá, me he echado novia'. Cuando me dijo que ella tenía un hijo, le contesté: 'No te metas en líos'. No me hizo caso", narra ella en la cocina, donde guarda una docena de fármacos que él tenía que tomar a diario. Hace poco tuvo que ir a buscarlo a comisaría porque había acuchillado a uno que le había robado el tabaco. "Ya no puedo ir a buscarlo a ningún sitio", dice, "me lo han matado".

Un grupo de amigos de Roberto, el supuesto homicida, salió ayer en su defensa. "Ha vivido en un ambiente terrible, se ha criado en casas de acogida. La madre nunca se ha preocupado de él y no le doy credibilidad a lo que diga ella. Roberto nos contó que se le estaba metiendo un tipo en la casa, un tipo muy chungo, y que había tenido problemas con él", cuenta a través del teléfono uno de sus colegas. Ellos le defienden, y creen que sencillamente intentó protegerse de los ataques de Angelillo.

Tanto la víctima como el supuesto agresor tenían numerosos antecedentes policiales por diferentes delitos, el primero de ellos por tráfico de drogas, según fuentes policiales.

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A un par de kilómetros de ahí, en el barrio de Zarzaquemada, en el número 5 de la calle de La Serena, se oían gritos. En la cuarta planta, Ana María L., una mujer de 29 años con problemas de esquizofrenia, sufría un brote psicótico en medio de una discusión y amenazaba a su familia con un cuchillo. Le dio un corte en el dedo a su hermano y lanzó una puñalada mortal que alcanzó de lleno a su padre, José L. P. El hombre, de 61 años, murió por culpa de una herida en el tórax que le hizo perder una gran cantidad de sangre, según Emergencias 112.

La supuesta parricida fue detenida. Agentes de la Policía Científica inspeccionaron el piso y el Grupo V de Homicidios se encarga de las investigaciones. La mayoría de los vecinos escuchó muchos gritos en la casa, aunque no se asomaron. "Sabíamos que la chica estaba mal. Por eso no quisimos ir a ver qué pasaba. Lo dejábamos eso para su intimidad", relata un propietario.

Muchos vecinos recuerdan una ocasión en la que Ana María amenazó con lanzarse por la ventana. Lo impidieron los bomberos y la policía. No obstante, existía cierta tranquilidad en la vivienda. "No eran habituales los gritos, el edificio siempre ha sido muy sosegado, pero todos sabíamos que a ella en cualquier momento podía darle un brote", matiza otro. "Son buena gente. Es una desgracia terrible", dice un tercero.

El hermano que sufrió un corte en el dedo anular fue trasladado también al hospital Severo Ochoa. Con el brazo en cabestrillo, rodeado de familiares, volvió al domicilio a las 13.45. Desde entonces no pararon de llegar amigos que subían al piso para dar el pésame a la familia. Caras de luto escondidas tras gafas negras. "No queremos decir nada. Suficiente hemos tenido con enterarnos de lo que ha pasado esta mañana", mascullaban.

En lo que va de año son cuatro los homicidios registrados en Leganés. El primero ocurrió el 4 de febrero, cuando una mujer de 73 años fue acuchillada por un hijo que estaba en tratamiento psiquiátrico. Después se suicidó. El 18 de febrero murió una mujer búlgara de 26 años apuñalada por su pareja, que luego trató de suicidarse. Todos están resueltos.

Dos crímenes

- Los dos crímenes perpetrados ayer en Leganés ocurrieron con tres horas de diferencia. El primero fue por una discusión entre un hombre y el supuesto amante de la madre del primero. El segundo, por un brote psicótico.

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Sobre la firma

Juan Diego Quesada
Es el corresponsal de Colombia, Venezuela y la región andina. Fue miembro fundador de EL PAÍS América en 2013, en la sede de México. Después pasó por la sección de Internacional, donde fue enviado especial a Irak, Filipinas y los Balcanes. Más tarde escribió reportajes en Madrid, ciudad desde la que cubrió la pandemia de covid-19.

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