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Tres constructoras demandan a Álava para cobrar 31 millones de la AP-1

FCC, Dragados y Yarritu hicieron uno de los tramos de la autopista Eibar-Vitoria

Pedro Gorospe

Las cosas se complican para el diputado general de Álava, Xabier Agirre. A la situación abierto por el caso De Miguel, la supuesta trama de corrupción que afecta al PNV de esa provincia e implica a quien fuera su mano derecha, Alfredo de Miguel, se le suma ahora otro conflicto que ha llegado a los tribunales y que le puede costar millones a la institución foral. La Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), Dragados y Yarritu que realizó uno de los tramos alaveses de la autopista Eibar-Vitoria, la AP-1, ha presentado una demanda en el Juzgado de Primera Instancia número 2 de Vitoria en el que reclama a la Diputación el pago de 31 millones de euros por una discrepancia en las condiciones del contrato de esas obras.

Álava se va a ver así en los tribunales frente al segundo grupo constructor de España por cifra de negocio, FCC, y a Dragados, la principal empresa de obras del primero, ACS.

La construcción del trazado alavés de la autopista AP-1, un total de 14,5 kilómetros, fue impulsada por el último Ejecutivo foral del popular Ramón Rabanera (entre 2003 y 2007). La carretera se abrió en su totalidad al tráfico el pasado mes de mayo, casi un año después de que Álava concluyese su parte del trazado, tras inaugurarse el último tramo que quedaba pendiente en Guipúzcoa (entre Mondragón y Eskoriatza).

La UTE, que realizó el tramo de Luko a Arlabán, de 8,3 kilómetros, entiende que una vez ha terminado los trabajos de la autopista se ha producido un cambio en las condiciones del contrato y una desviación de precios al alza que supone una diferencia de 31 millones de euros entre el coste real de las obras y la última cifra licitada por la Diputación. El cargo se lo endosan a la institución foral, a través de su promotora Viasa. El tramo que construyeron estas tres empresas ya se liquidó con una desviación al alza en su precio del 5,5%: cobraron 68,8 millones de euros, cuando el contrato se había adjudicado por 65,2 millones. La demanda de las constructoras implicaría que el coste real de su trabajo ha llegado casi a los 100 millones de euros, un 53,3% por encima del precio de adjudicación.

Los técnicos de la Diputación sostienen que la reclamación de la UTE "no tiene ninguna justificación", por lo que no han autorizado el pago de la citada cantidad. La discrepancia en los despachos ha llegado esta misma semana a los tribunales.

Los aumentos de precio han marcado, junto a diversas incidencias y la pugna entre las dos diputaciones, toda la construcción de la AP-1, la obra pública más ambiciosa de los últimos tiempos en Euskadi que se ha culminado y que ha requerido invertir 964 millones de euros (780 millones pagados por la Diputación de Guipúzcoa y los otros 184 por la alavesa). Para el tramo alavés, el precio subió de los 122 millones de euros iniciales a 133,3 y ahora ya se estima en los algo más de 184 citados.

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Con todo, el coste real de los 14,5 kilómetros de la AP-1 en Álava aún no se conocen exactamente, y dependerá de dos resoluciones judiciales. A la reclamación de FCC, Dragados y Yarritu se suma la que ha efectuado a través del Tribunal de Arbitraje de la Cámara de Comerio alavesa otra UTE formada por Ferrovial (la tercera constructora de España), Lanbide y Copalsa. Estas tres últimas empresas, que realizaron el otro tramo del trazado alavés, entre Echávarri Viña y Luko, de 6,2 kilómetros de longitud, firmaron la adjudicación por 26,3 millones de euros, pero la liquidación final ascendió a 29,2 millones, un 11% más. Ahora reclaman cobrar ocho millones adicionales.

Si el juzgado falla a favor de la demanda de las constructoras, la Diputación puede afrontar un grave problema económico. La cantidad demandada supone más de la mitad del presupuesto total del departamento foral de Obras Públicas este año. En plena crisis, de perder el proceso en los tribunales y tener que pagar, la institución se vería abocada al endeudamiento.

Obras de construcción del trazado alavés de la autopista Eibar-Vitoria, la AP-1.
Obras de construcción del trazado alavés de la autopista Eibar-Vitoria, la AP-1.L.RICO

Despliegue de obras con el PP

Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), la constructora cabeza del grupo homónimo que controla Esther Koplowitz, creció de manera exponencial en Álava a partir del año 2000. Era la época en que Marcelino Oreja, hoy consejero dominical del grupo, presidía la constructora, y tanto la Diputación alavesa como el Ayuntamiento de Vitoria estaban en manos del Partido Popular (PP).

En los últimos nueve años, pero sobre todo entre 2000 y 2006, FCC logró de las dos pirncipales administraciones del territorio adjudicaciones de planes urbanísticos y diversos contratos de mobiliario urbano, limpieza y gestión de residuos. A fines de 2003, la firma fue elegida para construir y gestionar, a través de una Unión Temporal de Empresas (UTE), la planta de biometanización y compostaje de Júndiz, por más de 23 millones de euros.

Cinco meses después, lograba hacerse con la mayor obra que se ejecutaba en la provincia en 30: el polémico tramo provincial de la autopista Eibar-Vitoria. En septiembre de 2004, se le encargó remodelar la manzana de la plaza de toros de Vitoria. Tras resultar adjudicataria, se unió con Urco Urbasa en una operación que iba a reportarle a FCC importantes beneficios vendiendo pisos de lujo y oficinas, a cambio, eso sí, de construir una plaza de toros multiusos para la ciudad.

En 2006, una de las firmas del grupo FCC se adjudicó el mayor contrato que depende del Ayuntamiento de Vitoria, el de la limpieza urbana, por un importe de 20 millones de euros anuales. A él se suman además los contratos para la gestión del vertedero de Gardélegui y para la limpieza de numerosos pueblos.

La constructora ganó el año pasado el concurso para construir la nueva cárcel de Álava, que sustituirá a la actual de Nanclares de Oca.

El tramo alavés

- De Luko a Arlabán. Un trazado de 8,3 kilómetros adjudicado a FCC, Dragados y Yarritu por 65,2 millones de euros. Se liquidó en 68,8 millones. Las tres constructoras reclaman ahora cobrar 31 millones más.

- De Echávarri Viña a Luko. 6,2 kilómetros de longitud. Adjudicado a la UTE formada por Ferrovial, Lanbide y Copalsa por 26,3 millones, pero liquidado por 29,2 millones. Las empresas han acudido al Tribunal de Arbitraje de la Cámara de Comercio alavesa para cobrar ocho millones más.

- El túnel de Isuzkitza. En la frontera entre las dos provincias, es el mayor de Euskadi (3,3 kilómetros). Ejecutado por la Diputación de Guipúzcoa, Álava pagó por su parte 40,9 millones.

- Precio total A día de hoy el gasto total de la Diputación alavesa en las obras de la AP-1 asciende a 184,15 millones.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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