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Griñán y el PSOE toman oxígeno

El presidente descartó los recortes sociales en el debate de la comunidad

Lourdes Lucio

"Ha vuelto el mejor Griñán". La confesión de una diputada resume el sentir general de los socialistas andaluces tras el primer debate del estado de la comunidad protagonizado por José Antonio Griñán. Tras poco más de un año como presidente de la Junta, con dos cambios de Gobierno a sus espaldas tras forzar la celebración de un congreso extraordinario del PSOE, una crisis económica desconocida y una tasa de paro monumental, el examen parlamentario no era un mero resumen del año para Griñán: se trataba de marcar una hoja de ruta y aprovechar el debate para reforzar su liderazgo en su partido y en la sociedad. Ese ha sido el objetivo que los socialistas consideran conseguido, aunque algunos cruzan los dedos para que esta ración de oxígeno les dure un tiempo.

Esa era la meta, pero ¿cómo se ha preparado el debate? La primera decisión que se toma, según las fuentes consultadas, es adelantar la fecha -normalmente, se celebra la última semana de junio- y que sea el propio presidente, en lugar de la consejera de Hacienda, el que aproveche esa tribuna con un potente foco mediático el que dé a conocer las medidas para atajar el déficit, recortando el presupuesto andaluz. "Hubiera sido infumable que las medidas se hubieran conocido antes en el Consejo de Política Fiscal y Financiera que en el Parlamento", aseguran estas fuentes.

A partir de ahí se trabaja en las medidas y en el enfoque y se encarga a la Consejería de Hacienda y Administración Pública, que dirige Carmen Martínez Aguayo, que trabaje en medidas de ahorro: bien a través de los ingresos por la vía impositiva o de la reducción de gastos. El ahorro fiscal se fija en 1.583,5 millones de euros. Hacienda presenta un abanico de posibilidades y "se escogen la que se pueden escoger", aseguran estos medios que no aclaran cuáles se descartan. Se decide optar por un paquete de medidas fiscales "compacto" que toque los impuestos verdes, a las rentas a partir de 80.000 euros y a los bancos. Las personas que deciden esta criba son cuatro: Griñán, Mar Moreno (Presidencia), Martínez Aguayo (Hacienda) y Antonio Ávila (Economía). Y tanto en las reuniones en las que participan miembros del partido -Rafael Velasco, Susana Díaz y Mario Jiménez- como del Gobierno se establece una línea roja estratégica: la tijera no debe tocar a los servicios sociales. "Todos opinan desde el inicio que es preferible recortar las inversiones [846 millones de euros en 2010] que en servicios sociales, porque es más fácil de explicar", aseguran.

Las réplicas a la oposición también se preparan con varios escenarios, pero en ninguno de ellos entraba el que Javier Arenas (PP) apareciera tan desdibujado. Sin embargo, la satisfacción de los socialistas a punto estuvo de irse a pique. Un documento distribuido por Hacienda eliminando las bonificaciones fiscales a 36.000 personas más, aparte de la subida de impuestos a los 21.859 con rentas más altas, es un tropezón demasiado grande para que el PP lo desaproveche, como así fue. El Gobierno tuvo que rectificar horas después negando que ese papel tuviera validez. El enfado fue mayúsculo en muchos despachos. "Estas son las cosas de los técnicos", comentó irritado un veterano diputado socialista.

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