Miradas para ser vistos
Mane Cisneros es una antropóloga madrileña de 51 años que se instaló en Tarifa hace tiempo. Fue esa coincidencia geográfica, con África tan lejos pero tan cerca y el drama del estrecho, lo que le llevó a interesarse por el cine africano en un intento de darle voz en España. Así nació el Festival de Cine Africano de Tarifa (FCAT), que la pasada semana ha cerrado su séptima edición, con la proyección de 113 proyectos audiovisuales y, también, con una feliz noticia: la del anuncio de la firma de una coproducción hispano-senegalesa.
"No se puede hablar de un solo cine africano, ya que muchas veces se olvida que es un continente con realidades culturales muy diferentes, además de que solo seis países, Sudáfrica, Marruecos, Egipto, Argelia, Túnez y Nigeria, tienen industria cinematográfica. Sobre todo Nigeria, que con más de 2.000 títulos al año es la tercera potencia mundial en audiovisual, tras Hollywood e India", asegura Cisneros. "Si algo tiene en común el cine africano es esa mirada a pie de calle, ese intento de contar desde dentro lo que son ellos en realidad, tomar la palabra para dar voz a todo ese continente olvidado", añade la directora del FCAT, quien recalca que ahora, después de años de independencia, se ha abierto la necesidad de expresarse, de coger el cine como si de un fusil se tratara para hablar de sí mismos. "A ellos, que se les ha negado la palabra durante siglos".
Pero no solo en África es difícil ver cine -hay países que no tienen ni una sala-, sino que su distribución tanto dentro como en el exterior es realmente un milagro. Solo a través de la programación del FCAT y Cine Nómada, un circuito itinerante que organizan por la geografía española, con el apoyo de Casa de África, es posible ver algunos de los últimos títulos que con tanto sacrificio se ruedan en aquel continente. Como el filme ugandés Iami, de Caroline Kamya, tres historias cruzadas contadas por mujeres sobre la violencia en Uganda pero sin mostrar ni una imagen violenta, o la etíope Tesa, o la egipcia Mujeres de El Cairo, uno de los pocos títulos que gozan de distribución en España y que, dirigido por Yousry Nasrallah, será estrenado el próximo 25 de julio.
El cine para todos estos directores y productores es la gran herramienta para no seguir siendo invisibles, es su manera de presentarse ante el mundo entero y gritar que existen. Es un grito tan desigual como potente.
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