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Reportaje:Los cambios en el PSOE y en el Gobierno

La guardia pretoriana de Griñán

Moreno, Velasco, Díaz y Jiménez integran la 'mesa camilla' del presidente

Lourdes Lucio

José Antonio Griñán ha tardado un año justo en hacer un equipo a su medida. El tiovivo político que empezó a girar la Semana Santa pasada con el anuncio de la dimisión de Manuel Chaves como presidente de la Junta al ser nombrado vicepresidente tercero del Gobierno ya se ha parado, o al menos eso parece. En estos meses ha pasado lo que Chaves y Griñán ni esperaban ni deseaban, pero que es una de las reglas infalibles del PSOE: las bicefalias no funcionan. Hasta que Griñán no ha forzado la celebración del congreso extraordinario para tomar el control del partido al ser elegido secretario general, los equipos no han empezado a encajar. Dispone ahora de dos años hasta las elecciones autonómicas. Será entonces cuando se compruebe si el PSOE acertó o no con su elección. Y, entre medias, las elecciones municipales, una prueba básica para conocer la salud electoral de los socialistas andaluces que, según ocho encuestas, está achacosa tras casi 30 años de hegemonía.

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Para afrontar estos retos Griñán se ha rodeado de dirigentes en la ejecutiva regional y en el Gobierno andaluz de perfiles distintos. Una de las carencias que ha tenido en su primer año de mandato es que no ha contado con una guardia pretoriana como la que siempre (salvo en su primera legislatura) tuvo Chaves. Un equipo de personas encargado de pararle los golpes, integrado por zapadores de la política, con capacidad de anticipación y de respuesta y de los que se fíe. Ahora todos los miembros de la Ejecutiva y del Gobierno los ha puesto él, sin hipotecas heredadas de la etapa de Chaves. Ha hecho, por fin, lo que ha querido.

Cuatro personas están llamadas a formar la denominada mesa de camilla de Griñán: el vicesecretario general, Rafael Velasco (37 años), y la secretaria de Organización, Susana Díaz (35 años), en el partido; el portavoz parlamentario, Mario Jiménez (39), en el grupo; y la consejera de la Presidencia, Mar Moreno (47), en el Gobierno. Los tres primeros están formados en las Juventudes Socialistas y sus itinerarios profesionales están ligados al PSOE. Díaz y Jiménez tienen fama de implacables, adjetivo que en el caso de Díaz es el más suave que emplean algunos, mientras que a Velasco lo envuelven con un aura de bonhomía y paciencia, pero sin carisma.

La secretaria de Organización del PSOE andaluz arrastra una reputación de mala malísima que le ha sido muy útil a sus inmediatos superiores. Todo lo bueno se lo atribuían a sus jefes y las decisiones más desagradables a ella. Le pasó en las JJ SS cuando era la número dos de Velasco y le ha pasado ahora como número dos del secretario general del PSOE de Sevilla, José Antonio Viera. "Es más temida que querida, dispuesta a comerse todos los marrones, nunca ha perdido en el partido y siempre te viene por derecho. Es dura con los débiles y débil con los fuertes", afirma de ella una persona que dice conocerla. En el polo opuesto, otra fuente le atribuye una "extraordinaria capacidad de estrategia, intuitiva, trabajadora incansable, disciplinada y temperamental". Con unas armas u otras, el hecho es que la dirección del PSOE de Sevilla que salió elegida hace seis años con el 55% de los votos concita ahora un apoyo del 93%. "Si su estilo de actuación en Sevilla lo traslada al regional se equivocará", pronostica otra fuente.

También al nuevo portavoz parlamentario, Mario Jiménez, le precede su fama de duro y de malo de la película, tras pasar por la secretaría de Organización de JJ SS y del PSOE de Huelva, hasta que saltó a la secretaría general provincial. Aseguran que los delegados de la Junta en esta provincia no mueven un papel sin que Jiménez lo autorice. Es otro miembro de la mesa camilla "muy del aparato", con fama también de recio, pero más proclive a tender la mano. "Es consciente de que como portavoz tendrá que moderar su agresividad", asegura un diputado socialista.

Aparentemente, la prudente Mar Moreno, otra pata de la mesa, casa poco con estos perfiles tan extremos. En su discurso de toma de posesión como presidenta del Parlamento dejó desconcertados a algunos con su defensa de la "bondad" de la política. Al contrario que sus compañeros, antes de entrar en política trabajó en un despacho de abogados. Aunque se la asocia al círculo de Gaspar Zarrías, consejero de la Presidencia durante 13 años, sus caminos políticos hace mucho que discurren en paralelo. Cuando saltó a la política regional fue porque así lo quiso el anterior presidente -"soy un producto de Chaves", dijo en una ocasión. Zapatero confía en ella y Griñán le ha sacado un billete de autobús para un trayecto que, en principio, termina en 2012.

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