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El precio de la leche cae por las importaciones

La demanda de productos lácteos supera con creces a la producción

El precio de la leche que cobran los ganaderos ha iniciado una senda descendente que amenaza con ahondarse en los próximos meses. No es el único problema con el que se encuentran los ganaderos. Según las organizaciones que les agrupan (Asaja, UPA y COAG), varias empresas han dejado de hacer compras en el campo.

Según los vaqueros, la bajada de precios no responde a una menor demanda, sino al ejercicio de una posición de fuerza por parte de las empresas. Éstas, por su parte, esgrimen dos causas para justificar la caída. La primera es la abundancia de leche y quesos importados de los países de la Unión Europea. El otro argumento es la presión ejercida por los grandes distribuidores.

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El sector lácteo europeo registró en 2009 una de las crisis más graves de la última década, arrastrada por los excedentes producidos y la caída de la demanda en todo el mundo. La adopción de medidas excepcionales y el recorte de las cabañas conllevó una mejoría.

Pero, la alegría ha durado poco en casa del ganadero y no por culpa de los excesos en la producción. Frente a una demanda total de más de nueve millones de toneladas de leche y derivados, esta campaña no se cubrirá la cuota asignada de 6,24 millones de toneladas.

Los representantes del sector se han dirigido a la ministra de Medio Rural, Elena Espinosa, para denunciar las amenazas de algunas empresas de abandonar desde abril sus rutas de recogida. Esto provocaría una situación artificial de excedentes y la indefensión de los ganaderos. A la gran distribución se le acusa de banalizar la leche por usarla como reclamo de ofertas que, al final, se aplican a los precios del campo.

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