El 'play back', contra la ley

Lo hizo Pavarotti en la clausura de los JJ OO de Invierno de 2006. Incluso lo hizo el cuarteto de cuerda que sonó durante la toma de posesión de Obama. Utilizar música pregrabada en supuestas actuaciones en directo es algo tan viejo como el magnetofón, pero a pesar de ello no nos podemos deshacer de la polémica que esto sigue provocando. En diciembre, decenas de fans abandonaron indignados un concierto de Britney en Melbourne. El caso se hizo tan grande que incluso la subsecretaria para la competencia del Gobierno australiano, Virginia Judge, sintió la necesidad de amenazar con legislar: "Si pagas 100 euros por una actuación, mereces algo más que unos vídeos. No vamos a tolerar más actuaciones dignas del Club Disney. Por eso barajamos la posibilidad de introducir una nota en las entradas que informe sobre si hay partes en el espectáculo que han sido pregrabadas".

"¡No me jodas!". Así de indignado se manifestó en 2004 Elton John al saber que Madonna se hallaba entre las candidatas al Q Award al mejor directo. Según él, la estadounidense recurría al play back. El publicista de ésta lo negó y se mostró magnánimo para con el viejo Elton: "Madonna aún le tiene en su lista de felicitaciones navideñas". Cinco años después, Madonna llevó su espectáculo Sticky and sweet a Brasil, un país en el que Bloc Party fueron crucificados por hacer play back en televisión. Madonna resbaló, se cayó y, a pesar de quedarle el micro realmente lejos, su voz seguía sonando. Se lió. "Lo curioso", recuerda Dom Philips, periodista inglés afincado en São Paulo, "es que en Brasil hay escuelas de música en las que te enseñan a hacer play back. Supongo que hay algo de incoherencia en el play back, pero mucho más en aquellos que lo siguen negando como parte de la industria musical".

El último escándalo al respecto sucedió en la pasada edición de Factor X en el Reino Unido. Cheryl Cole, jueza del concurso, iba a actuar presentando su primer single en solitario. Cuando se supo que su actuación iba a ser grabada, el diario conservador Daily Mail, siempre a punto para defender al reino de los burócratas de la UE y de los desmanes de los artistas que ejercen influencias nocivas sobre sus hijos, destapó el escándalo. Una fuente anónima explicó que la actuación de Cole se iba a grabar debido al fiasco que fue la de su banda, Girls Aloud, en el mismo programa años antes: "Las chicas estaban tremendas en sus vestidos, pero tuvieron poco tiempo para ensayar, y eso provocó que sus voces no terminaran de sonar afinadas. Colocamos un ingeniero detrás del escenario para arreglar las cosas, pero ni él pudo". Cambiarse de ropa, bailar sobre taconazos, proyectar vídeos sobre el hambre en el mundo y lanzar fuegos artificiales son parte de la iconografía de las giras pop, y en algunos casos son incompatibles con algo tan prosaico como cantar.