Tras el perdón, el escándalo de Tiger continúa
Dos libros desvelan las aventuras y el descenso a los infiernos del golfista
Ya lo dijo en su coreografiada aparición ante la prensa: si Elin y él acaban juntos es sólo un asunto suyo. Él dijo muchas cosas. Sobre todo repitió la palabra perdón muchas veces. Pero no aclaró si su esposa volverá a llevar algún día la alianza que ya no luce en su dedo anular de la mano izquierda tras estallar un escándalo que conmocionó al mundo del golf y ha supuesto muchas primeras páginas para los insaciables tabloides.
Tiger Woods contó el viernes poco más de lo que ya se sabía: que había sido un chico malo. Pero lo que Tiger Woods no cuenta lo están empezando a escribir otros, autorizados o no. Ya hay confirmación de que en mayo saldrá una biografía sobre el astro del golf redactada por uno de los periodistas que más han analizado su juego y su vida, Steve Helling (de la revista People), quien supuestamente ha recogido suculenta información en los pasados dos meses de fuentes muy cercanas al deportista. Muchas de estas personas están hablando por primera vez, lo que hace la obra más y más esperada entre los amantes de las historias escabrosas que sufren las celebridades. El libro se titulará, simplemente, Tiger Woods, y promete contar lo incontable.
La esposa de woods se ha quitado la alianza, pero no ha pedido el divorcio
Eso será en mayo. Pero en junio habrá más. Un columnista de la página web de deportes de la cadena FOX, Robert Lusetich, acaba de anunciar que para entonces estará en el mercado la historia de cómo "el mayor golfista de todos los tiempos y famoso deportista vivía una segunda vida" al margen de su imagen pública edulcorada. El título: Impagable: la historia contada desde dentro de la temporada más tumultuosa de Tiger.
El relato del descenso de Woods a los infiernos lo tiene todo para triunfar en Hollywood y en los superventas de las librerías. Un deportista rico, famoso, con una vida modélica y respetado. Con una esposa ideal a la que idolatra y dos bebés muy fotogénicos. Hasta que la pasada noche de Acción de Gracias -26 de noviembre 2009-, un accidente de coche abrió la caja de los truenos. A Tiger Woods se le resquebrajó la burbuja de perfección en la que vivía de cara al exterior y comenzaron a hacerse públicas y notorias decenas de amantes, casi todas con una historia más subida de tono que la anterior por contar.
Ochenta días ha tardado Woods en comparecer ante la única cámara que permitió en el estudiado acto escenificado el viernes en Florida. En esos 80 días, los paparazzi han perseguido a su hija hasta el colegio y han logrado fotografiar a Elin Nordegren, su esposa, de fiesta con un grupo de amigos. Entonces fue cuando los teleobjetivos de las cámaras captaron que la ex modelo sueca no llevaba su anillo de casada.
Por aquellos días anteriores a sus vacaciones de Navidad más amargas, Nordegren se encerró en la fortaleza de los abogados y puso en nómina a uno de los letrados especializados en divorcios más litigantes del país. Los rumores de divorcio multimillonario parecían confirmarse.
Pero eso parece que era entonces. Antes de que Woods estuviera 45 días en "terapia" y se reencontrara con el budismo, la religión que, dijo, estaba en su esencia -en su infancia- y de la que se desvió. Ahora, en estos últimos días, se ha sabido que Nordegren no tiene intención de convertirse en ex señora de Woods y no ha presentado la demanda de divorcio. Que Tiger y Elin acaben juntos es un asunto suyo. Pero que tiene interesada a mucha gente. De momento, la señora Woods vestía ayer una sudadera Nike -¿en apoyo a su marido?- cuando fue a buscar a sus hijos al colegio. Mientras, el penitente marido luchaba por recuperar a su familia y volvía a ingresar en terapia para superar su adicción al sexo.
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