Por un Islam europeo y abierto
La primera abogada musulmana doctorada en la facultad de Valencia revisa el Corán desde una perspectiva de género e igualitaria
¿Existe o no el principio de igualdad entre hombres y mujeres en el Islam? Esta pregunta fue el punto de partida de la tesis de Souad El Hadri, la primera abogada musulmana que se ha doctorado en la Facultad de Derecho de Valencia.
La respuesta -cuyo proceso de argumentación fue todo "un reto personal", y su resolución "el resultado de una larga lucha feminista, a veces silenciosa, y muchas veces sangrienta"- es que sí. Que, contrariamente a la opinión mayoritariamente extendida, el Islam es compatible con el respeto a los derechos de la mujer. Así lo recoge esta mediadora intercultural en el libro Los derechos de la mujer en el Islam, que presentó ayer y donde vuelca las premisas recogidas en su tesis.
"Mi hermana se cubre con un 'hiyab', yo nunca lo he llevado"
"Hay más aspectos que nos unen de los que nos separan"
Souad, (Oujda, Marruecos, 1972) rechaza las lecturas "machistas y patriarcales" del Corán. Estas visiones son las que se han impuesto en los países del Magreb a través de la jurisprudencia, es decir, la interpretación de la ley islámica, a la que culpa de la situación actual. Y las que empapan la vida diaria de estos países, de forma que dejan a las mujeres sin los derechos que el Islam les había otorgado y las "condena a un estatuto inferior" como si fueran "menores de edad toda la vida".
Hasta tal punto que mientras la mayoría de los ámbitos sociales se han liberado de la ley islámica y se rigen por códigos legales convencionales, existe una excepción a esta legislación abierta y occidentalizada: el estatuto personal de la mujer, que sigue encorsetado en códigos de familia enraizados en la ley islámica.
Frente a esta interpretación tradicional y mutiladora de libertades, Souad defiende a lo largo de los seis capítulos de la obra otra lectura del Corán "desde la perspectiva de género" en la que destaca que los textos sagrados de los musulmanes amparan la igualdad entre hombres y mujeres.
Souad lleva el pelo suelto -"mi hermana se cubre con un hiyab, yo nunca lo he hecho, aunque defiendo su derecho a llevarlo desde su libre elección"- y habla de forma torrencial. En la presentación, defendió la utilidad jurídica de su trabajo, que "ofrece material" para posibilitar un cambio en la aplicación de las leyes respecto a la mujer. Pero también destacó su valor social, al aportar razones al movimiento feminista "cuando los sectores conservadores les acusan de defender cuestiones que el Islam no respalda". Y, por último, aludió a su interés cultural, ya que, indicó, invita a la reflexión de que el mundo occidental y el musulmán son culturas "que tienen más aspectos en común que los que los separan".
Para Souad, luchar por la igualdad es combatir por la democracia en el Islam y esta batalla debe comenzar en Europa. Sin la mujer, sostiene, "no puede haber democracia ni progreso" y por eso, "la lucha por la igualdad es la lucha por la democracia". Esta abogada tiene puestas las esperanzas en los musulmanes europeos. En que sean ellos quienes levanten la bandera de la igualdad bajo el amparo que ofrecen "los derechos y garantías" de las sociedades occidentales.
¿Qué les pide a los musulmanes europeos para dar este paso? Por un lado, "hacer un trabajo serio de autocrítica para dar la imagen verdadera de los musulmanes", apunta. "No se puede estar siempre resguardado bajo teorías victimistas, que por otra parte, es una actitud muy cómoda". "Tenemos que esforzarnos para trasladar la imagen que queremos tener de nosotros mismos".
¿Y a los españoles? "También autocrítica", comenta. "Que cuando hablen del mundo musulmán lo hagan desde el conocimiento, dejando a un lado prejuicios y los discursos paternalistas". Y, sobre todo, dejar el miedo a una parte. "Tenemos muchos más aspectos en común que los que nos diferencian", insiste.
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