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Nueve meses para inaugurar el teatro Fraga

El emblemático cine vigués se transforma en teatro de la mano de César Portela

En las proyecciones por ordenador parece una ciruela gigante encerrada en una caja de piedra. Pero al entrar en la obra, a la que le quedan nueve meses por delante, gana la sensación de amplitud. Se trata de la reforma del teatro Fraga de Vigo, que Caixa Galicia compró en 2001 para convertirlo en un espacio cultural que verá la luz gracias al proyecto del arquitecto César Portela.

La caja de ahorros ha tenido la delicadeza de mantener su nombre original y los elementos singulares que definen el edificio, de 7.000 metros cuadrados, inaugurado por primera vez en marzo de 1948. Algunos siempre estuvieron a la vista, como el órgano con más de cien tubos del patio de butacas que un grupo de expertos de Palencia restauró, pieza a pieza, para devolverlo a su pared. Otros eran menos conocidos por las generaciones de vigueses que pasaban las tardes pegados a su gran pantalla. Son los enormes proyectores cinematográficos que se usaron durante más de 50 años, desde el estreno de la primera película, Botón de ancla, hasta la última, Tomb Raider. Ahora están en la azotea esperando poder lucirse en el que será un pequeño museo dedicado a celebrar la historia del cine. Una historia que fue posible gracias al pionero de la industria gallega Isaac Fraga, que nació en O Carballiño a principios del siglo pasado. Productor, exhibidor, promotor de espectáculos, importador de películas o descubridor de estrellas, Fraga logró gestionar la mitad de las salas estables de Galicia.

El elemento central del proyecto de César Portela se llama "la grieta"

En Vigo dejó una joya de la arquitectura. "Encontramos una rosa de los vientos al levantar el suelo de la pista de baile", explica César Portela sobre la zona ocupada antes por la sala de fiestas Nova Olympia. Fue una de las sorpresas buenas del proceso de reforma que inició en 2008. Hubo muchas malas: "En algunas zonas daba la impresión que no había cambiado nada en los últimos 50 años".

Su intervención intenta abrir huecos donde antes se levantaban paredes. Por eso el vestíbulo de entrada es ahora el doble de grande. Ha ganado los metros que antes ocupaba la cafetería contigua a la calle Isabel II. La lámpara de cristal que coronaba la entrada seguirá allí, igual que la cristalera superior. Donde durante años se exhibieron los grandes carteles de las películas se abrirá una gran ventana para anunciar la programación del centro cultural.

El eje central de la reforma es lo que Portela llama "la grieta": el hueco que quedará entre la fachada y el volumen que delimitará el patio de butacas y la sala que está debajo. La "grieta" conducirá al visitante por una pasarela lateral paralela a la calle Uruguay hasta la sala de exposiciones. Desde el suelo se podrá alzar la vista 15 metros para observar cómo entra la luz por las ventanas de todo el edificio.

Dentro de su cascarón de madera rojiza, el teatro seguirá siendo el mismo. Una decena de restauradores se afanaban esta semana en retocar las molduras con los míticos angelotes que coronan el escenario. Tendrá un aforo superior a las 1.000 butacas, con sus dos anfiteatros, aunque con algunas comodidades nuevas para que sea más versátil. La Fundación Caixa Galicia espera organizar en él todo tipo de actos, desde conciertos a conferencias o talleres. Debajo, los 828 metros cuadrados de la sala de exposiciones se utilizarán para muestras científicas, divulgativas y socioculturales. La reforma costará 26 millones de euros. Es la única de ese calado que se está realizando en Galicia, con cerca de 200 personas trabajando en el proyecto.

Portela recuerda con respeto al autor del cine Fraga, el arquitecto madrileño Luis Gutiérrez Soto. "Construyó las mejores viviendas del Paseo de La Habana en Madrid. Trabajó mucho para el franquismo y fue olvidado".

El tributo del arquitecto vigués ha sido conservar "lo que se podía conservar" del edificio original. Su aportación, según su diseño, es un tipo de arquitectura "fuerte y sutil, siempre potente, alejada de modas pasajeras, pensada para la permanencia". Porque, como él dice, "un edificio no son cuatro paredes y un suelo, es un espacio".

Estado actual de las obras de remodelación del teatro Fraga.
Estado actual de las obras de remodelación del teatro Fraga.LALO R. VILLAR

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