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Reportaje:

Una noche muy americana

En la primera velada del Primavera Club destacaron las bandas estadounidenses

La tarde del miércoles empezó con el fin de una leyenda negra: señores, la sala Nasti no suena mal. Para demostrarlo, los neoyorquinos The Ladybug Transistor dieron un finísimo y delicioso concierto de pop británico entendido desde una óptica estadounidense. Por momentos el veterano sexteto de Brooklyn, que lleva en esto desde 1995, sonaba como si Lou Reed hubiera decidido tocar versiones de canciones de Belle and Sebastian. Ellos abrieron el San Miguel Primavera Club que arrancó el miércoles y sonará hasta el domingo, y cuya primera noche fue completamente americana.

Estadounidense era también la otra banda que actuó en Nasti, los delirantes Zs. Pero el núcleo central del festival se desarrollaba en la sala Florida Park, en El Retiro. Abrió la cantautora Marissa Nadler el escenario de ese templo de la grandiosidad kitsch madrileña, con enormes flores de pascua colgando del techo y mesas rodeando la pista. El lugar era perfecto para la siguiente propuesta: Little Joy, la banda que montó Fabrizio Moretti, batería de Strokes, y el músico brasileño Rodrigo Amarante, que apareció el primero, solo, tocando una bossa.

Para la segunda canción ya le rodeaba la banda, un sexteto con Moretti a la guitarra, y el concierto se transformaba en un curioso ejercicio de mimetismo Stroke. Todo lo que hacen suena al combo neoyorquino, incluso cuando versionan a Gilberto Gil, el tropicalismo se impregna de sus formas. En parte la culpa la tiene la forma de entonar de Amarante, desganada pero cool, clavada a la de Julian Casablancas, vocalista de, efectivamente, The Strokes. Es como si los Strokes, en vez de ser un producto del trauma post 11-S, se hubieran formado alrededor de una hoguera en la playa de Ipanema. Pop rock con toques de reggae o bossa.

No les ayudó el sonido de la sala, demasiado opaco y hueco, un problema que se agravó con la estrella de la noche. El estadounidense de origen venezolano Devendra Banhart acompañado de su nuevo grupo The Grogs, en el que repetía Amarante a la guitarra.

Si en su última visita a Madrid, asistimos asombrados a un directo en el que se combinaba una potente banda que parecía Led Zeppelin a cuyo frente había un vocalista de terciopelo, esta vez a pesar de que la sala abarrotada parecía reírle las gracias, entre el mal sonido, lo blando del repertorio y que la banda no está a la altura de aquella liderada por Andy Cabic -ahora dedicado a sus labores como líder de la banda de folk rock Vetiver- el conjunto era tan blandito que parecía un gato gordo que sólo muy de vez en cuando sacaba las uñas.

Tuvo sus momentos el concierto. Brillaron las partes mas setenteras cuando Banhart y los suyos afilaban las guitarras, pero en general fue aburrido y populista. Hoy viernes, Primavera Club llega a su ecuador con un cartel en el que destacan el español Señor Chinarro, el cantautor yanqui Cass McCombs, Los indies de San Diego The Black Heart Procession y unos veteranos de los ochenta, los escoceses The Pastels.

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La banda Little Joy durante su actuación en Florida Park.
La banda Little Joy durante su actuación en Florida Park.CLAUDIO ÁLVAREZ

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