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La lírica de McCombs

Xavi Sancho

"No tiene mucho sentido que me pregunten sobre mi biografía, porque está en mis letras. Esperaba que fueran documento suficiente para ahorrarme entrevistas". Cass McCombs, músico norteamericano que actuó ayer en el Neu Club, responde algo angustiado desde su casa en California, agotado tras 20 minutos de entrevista en la que cada pregunta requiere de una negociación previa. Y si esa negociación se rompe, o el trato no satisface al autor de Catacombs, uno de los ejercicios de orfebrería pop del año, la respuesta llega en forma de larga pausa o cortante monosílabo. "Escribo canciones porque es de lo poco que sé hacer. Jamás voy a ser rico con esto, pero el de músico es el único oficio en el que puedo escoger quién es mi jefe y de quién soy yo el jefe", dice.

Nacido hace 32 años en California, McCombs debutó en 2002 con el EP Not the way, que no significó más que la salida nula de su carrera musical. Tardó tres años en editar su primer largo, Prefections. "Mi carrera no ha sido fácil e intuyo que no lo va a ser. Cuando un disco suena pobre no es ningún posicionamiento vital, es simplemente consecuencia de la falta de dinero. Fácil". A principios de este año, McCombs recogió los dividendos de ser una de las vedettes de la prensa indie y de la blogosfera más underground. Se los gastó en material de grabación y en el alquiler de una bonita mansión de origen español en Los Angeles. "Antes de grabar Catacombs, mis conocimientos técnicos se reducían a acercar la boca al micrófono. Ahora sigo siendo un negado, pero se nota menos", comenta con respecto al satinado y clásico sonido de su álbum más accesible. Casi pop. A antiguas influencias, como Leonard Cohen, Will Oldham o Lou Reed se les ha unido el dramatismo pop de Elliot Smith y el clasicismo impoluto de Roy Orbison, dando como resultado un disco que, por primera vez en su carrera, parece más que la suma de sus desventuras.

McCombs ha vivido en una decena de ciudades, ha limpiado retretes en Baltimore y servido mesas en Nueva York. Ha retornado a California y se ha vuelto a ir. De cada ciudad se ha llevado un puñado de canciones y teléfonos que marca cada vez que debe armar su banda. Ahora dice que debe colgar: tiene otra entrevista. Y se despide: "Espero que hayas disfrutado la entrevista. Cómo os gusta joderme...".

Cass McCombs. Círculo de Bellas Artes. 19.00 horas.

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Sobre la firma

Xavi Sancho
Forma parte del equipo de El País Semanal. Antes fue redactor jefe de Icon. Cursó Ciencias de la Información en la Universitat Autónoma de Barcelona.

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