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Gallardón asegura que Madrid cumple con Kioto

Jesús Sérvulo González

Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) han crecido en Madrid un 15,6% entre 1990 y 2007, según el Inventario de Emisiones y el Balance Energético de la Ciudad de Madrid, elaborado por el Ayuntamiento. El dato sirvió ayer al alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, para sacar pecho: "Madrid ha logrado hasta ahora contener sus emisiones en los límites fijados por el Protocolo de Kioto". El compromiso de España consiste en no superar en más de un 15% el nivel de emisiones de 1990.

Los responsables municipales comparan los datos de la ciudad con la media española. La conclusión es que, entre 1990 y 2007, las emisiones de CO2 aumentaron en España un 52,6%, 37 puntos más que en Madrid. El informe en el que se basan obvia, sin embargo, que estas emisiones de efecto invernadero, originadas por la combustión de fósiles naturales como carbón y petróleo, proceden fundamentalmente de la industria, y en los últimos años la presencia de ésta en Madrid se ha reducido al mínimo.

Pablo Cotarelo, miembro de la ONG Ecologistas en Acción, afirma no entender la postura propagandística del Ayuntamiento, porque los compromisos de protocolo de Kioto lo asumieron los Estados y no las ciudades. "Madrid no es nada amigable con el clima y con la lucha contra el cambio climático", asegura Cotarelo.

Además, tras varios años de descensos, las emisiones de CO2 en la capital aumentaron en 2007, fecha de los últimos datos disponibles, un 0,8%. El informe municipal sostiene que las emisiones provocadas por el tráfico han caído un 6,8% desde 1990, aunque este descenso se debe fundamentalmente a la mejora de los sistemas de combustión de los vehículos.

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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