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Reportaje:

El arte se burla del tiempo

El Museo de Cádiz exhibe obras contemporáneas entre sarcófagos fenicios

Los sarcófagos fenicios son un símbolo del Museo de Cádiz. Por sí solos se han convertido en un referente de la ciudad. Pero estos días están acompañados. Un fondo púrpura sobre unos símbolos negros, una obra creada por Miguel Ángel Valencia, se asoma en la pared superior. El tesoro arqueológico tiene el valor añadido de exhibirse ahora junto a un fruto del talento actual. Se trata de la exposición Museo de Cádiz/Creadores contemporáneos, una oportunidad para disfrutar de las propuestas de artistas de hoy en combinación con los hallazgos de restos que han dejado anteriores civilizaciones y la riqueza artística de movimientos más reciente como el Barroco. Los trabajos de Guillermo Pérez Villalta, Costus o Luis Quintero se muestran ahora junto a los de Murillo o Zurbarán. Un diálogo sobre el arte que está por encima del tiempo.

Una obra de Pérez Villalta se cuelga junto a las de Zurbarán
La Diputación ha prestado 25 piezas de artistas contemporáneos
El Gadir fenicio, el Gades romano y el Cádiz barroco se suman al presente
Los hermanos Costus dialogan con un lienzo de Murillo

Los responsables de esta iniciativa han sido Miguel Ángel Valencia, artista y coordinador del Gabinete Pedagógico de Bellas Artes, y Eduardo Rodríguez, de la Fundación Provincial de Cultura. Su idea era confrontar el discurso creativo actual con el patrimonio que alberga el museo gaditano. No hay intención de batir ningún duelo, sino de promover la conversación entre distintas épocas. El Gadir fenicio, el Gades romano, el Cádiz del Barroco se enfrentan al presente. Todo un atrevimiento al combinar propuestas arriesgadas exhibidas junto a estandartes seguros del museo.

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La Diputación ha prestado parte de su colección de obras de arte contemporáneo. Son piezas de 25 artistas, 11 de ellos de la provincia de Cádiz. En la lista están Guillermo Pérez Villalta, Luis Quintero, Hernán Cortés, Rosa Muñoz, los equipos Vendaval y Costus, Lita Mora, Evaristo Bellotti, Candi Garbarino, Javier Velasco o Jesús Micó. Ahora se reparten entre las salas fenicias y romanas del museo, o comparten pared con retablos de Murillo, cuadros de Zurbarán o recreaciones de 1810 de Rodríguez Barcaza.

"Todos los artistas hablan de lo mismo, independientemente de la época en la que vivan. Todos pretenden transmitir el mundo que les rodea, utilizando los lenguajes expresivos de cada momento", ha explicado el comisario Miguel Ángel Valencia.

Fue la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía la que pidió la colaboración a la Diputación gaditana para que cediera parte de las 250 obras que componen su colección de arte contemporánea, que se ha completado mediante adquisiciones en galerías y ferias de arte, y también gracias a la llegada de donaciones voluntarias. La Diputación aceptó la idea por lo novedoso de la propuesta y para sacar a la calle algunas de las piezas guardadas en sus fondos.

El Museo de Cádiz ha intercalado entre sus piezas a las obras contemporáneas sin buscar una relación directa, pero la ha encontrado. La instalación ha permitido instantes irrepetibles. La interpretación de los símbolos negros sobre el fondo púrpura de Miguel Ángel Valencia sorprende a los visitantes que van buscando el referente del edificio en sus sarcófagos fenicios. En la sala barroca una pintura de gran formato de Pérez Villalta parece acompañar a los frailes que Zurbarán pintó para la Cartuja de Jerez. "Ambos cuadros hablan de la divinidad. Pérez Villalta habla de un devoto que hace una ofrenda y Zurbarán retrata la religiosidad del momento", detalla Valencia.

Los hermanos Costus dialogan con Murillo. Para esa elección se ha tenido en cuenta que uno de ellos, Enrique Naya, solía ir al oratorio San Felipe Neri para contemplar a la Inmaculada que pintó Murillo. La propuesta pop de los hermanos se combina con el preciosismo del artista del Siglo de Oro. En la sala romana, donde destacan grandes figuras de desnudos, hay también una fila de bustos hallados en reconocidos yacimientos de la provincia. El gaditano Luis Quintero creó también una cabeza pero él ya la pensó cortada. Los rostros de célebres personajes romanos comparten ahora pared con Dog-man, la creación de Quintero para referirse a un ser humano perdido.

Hay también una pequeña estancia con vitrinas, donde se exhiben los ajuares, joyas y comunes objetos de la vida cotidiana que han ido apareciendo del Gades romano. Y ahora en esta habitación sobrevuelan las multicolores cerámicas vidriadas diseñadas y cuidadas con el mimo habitual del dúo Vendaval. Aquí el pasado y el presente más que darse la mano, se abrazan.

El diálogo entre ambas épocas ha sido intenso pero termina hoy. Las visitas al edificio cultural volverán a ser como las de antes. La sala romana será solo romana. La barroca será solo barroca. Cada tiempo a su tiempo. El arte ha podido hablar estos días en el Museo de Cádiz superando todas las barreras que impone en las conversaciones el paso de los años.

Una obra de Zurbarán junto a otra de Guillermo Pérez Villalta, en el Museo de Cádiz.
Una obra de Zurbarán junto a otra de Guillermo Pérez Villalta, en el Museo de Cádiz.EDUARDO RUIZ

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