La nueva diosa de Itálica
Una exposición presenta en Santiponce la misteriosa escultura hallada en 2008
El hallazgo de la cabeza de una diosa romana en Itálica (Santiponce, Sevilla) en enero de 2008 despertó las expectativas de los arqueólogos. El descubrimiento se produjo en la parte alta del teatro romano. La cabeza de la divinidad era la primera escultura que se descubría durante una intervención arqueológica realizada con rigor científico. "Es el hallazgo escultórico más relevante hecho en Itálica en las últimas décadas", resumió hace un año Pilar León, catedrática de Arqueología de la Universidad de Sevilla.
Tras ser limpiada y restaurada en el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, la cabeza de la diosa, que está datada entre los siglos I y II, se expondrá por primera vez en el Museo Municipal de Santiponce Fernando Marmolejo. La muestra Itálica. Colina de dioses, que se inaugurará mañana miércoles, presentará, además de la cabeza, otras 22 piezas procedentes de Itálica. Se trata de elementos arquitectónicos hallados en la ciudad romana, como capiteles, basas, fragmentos de columna y entablamentos.
Hay división de opiniones sobre a qué divinidad representa la pieza
Con todo, la gran protagonista de la exposición, que se clausurará el próximo 25 de mayo, es la cabeza de la diosa. Tras la muestra, la escultura irá a parar de forma definitiva al Museo Arqueológico de Sevilla. La exposición está promovida por la Consejería de Cultura, la Diputación de Sevilla, el Ayuntamiento de Santiponce y Cajasol.
José Manuel Rodríguez Hidalgo, comisario de la muestra junto a Fernando Amores, dio cuenta ayer de las dudas que rodean la cabeza. "Se pensó inicialmente que la escultura correspondía a Venus o Diana. Pero también se pensó que podría ser de Juno. Los especialistas no acaban de ponerse de acuerdo", comentó Rodríguez Hidalgo.
La cabeza debió formar parte de una estatua de algo más de dos metros de altura. La pieza presenta fracturas en la nariz y en el reborde de la diadema. Manchas profundas afectan a la parte izquierda del rostro.
La restauración ha devuelto la luminosidad del mármol, procedente de la isla griega de Paros. Este mármol era considerado el más adecuado para el uso estatuario, tal como indicó el escritor romano Plinio el Viejo, cuya vida transcurrió en el siglo I. La forma clasicista en que está dispuesto el peinado remite a las otras dos cabezas de diosas conservadas en Itálica con las mismas dimensiones y material marmóreo. Se trata de la cabeza de Tyché y de la que corona la estatua casi completa de Diana.
Es difícil sustraerse a la atracción ejercida por la escultura. "La desaparición del cuerpo (...) deja sin posibilidad de solución este enigma. Ese misterio añade posiblemente un elemento más de fascinación a esta escultura, la nueva diosa de Itálica", escribe José Beltrán Fortes (Universidad de Sevilla) en el catálogo de la exposición. El misterio de la diosa continúa. Y también puede convertirse en un motivo de placer a partir de mañana en Santiponce.
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