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La población reclusa aumenta en Galicia el triple que en España

La masificación en Teixeiro y A Lama rebasa los límites de seguridad

"Hace un año estábamos mal, hace seis meses peor y ahora no se sabe qué va a pasar". Funcionarios de las cárceles de Teixeiro y A Lama viven de primera mano la situación que denuncia el fiscal superior de Galicia, Carlos Varela: los dos centros se encuentran entre los más masificados de España.

Las prisiones de Teixeiro (A Coruña) y A Lama (Pontevedra), diseñadas para albergar a 1.008 reclusos, hace tiempo que rebasaron esa cifra. En el primer centro se acercan a los 1.800 y en el segundo son ya 1.850, dice su director, José Antonio Gómez, que admite que, por momentos, llegó a haber 1.980 presos, cifra que casi duplica la población para la que están programadas. El informe sobre 2008 de la fiscalía superior revela que la población reclusa de los centros penitenciarios de Galicia "comienza a ser preocupante por su constante incremento, que llega a la saturación en Teixeiro y A Lama". El aumento de reclusos es de un 12,4% respecto a 2007, mientras que en el conjunto de España fue de un 4,4% en el mismo año.

La masificación y la falta de personal perjudica la reinserción
La atención a los internos es "un cúmulo de despropósitos"
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Ya han dejado muy atrás los 1.500 presos, la frontera de población a partir de la que hay "alto riesgo de generar problemas de toda índole", y "previsiblemente" se llegará a los 2.000 internos este año, una línea que el fiscal no recomienda cruzar por burocracia, seguridad y calidad de vida de los internos. Por ello, el ministerio público pide a la Dirección General de Instituciones Penitenciarias dependiente del Ministerio del Interior que "reconsidere la distribución excesiva" de reclusos en Galicia, evite su incremento e incluso trate de reducirla.

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Los sindicatos coinciden en el diagnóstico. "La situación en cualquier momento se nos puede ir de las manos", admite, José Antonio Prieto, representante de CSIF en Teixeiro. La veteranía de los funcionarios, dice, es lo que permite mantener por el momento un "cierto control". Lo que más les preocupa es el futuro, que sigan aumentando los presos. Y es que el número de trabajadores de la cárcel está pensado para 1.008 internos. Y ya éramos pocos", lamenta José Manuel, delegado de CIG en A Lama. Con casi el doble de población reclusa las cosas se vuelven difíciles de manejar, comienzan los trapicheos, los roces entre presos por la falta de espacio, las amenazas y las extorsiones porque muchos "no tienen nada que perder". Las peleas son diarias y de muchas de las agresiones los funcionarios ni se enteran si no se las cuenta algún recluso: "Un trabajador con 140 presos no los ve a todos". "Hay un gran problema para cumplir con la ley", denuncia.

A pesar de que en España a cada preso le corresponde una celda individual, estas cárceles alojan a dos recintos "ya pequeños para uno solo". Por eso, muchos presos están "mal clasificados", explica Santiago Iglesias, jefe de servicio en Teixeiro. Esto conlleva que sea "habitual" que un interno en rehabilitación comparta celda con otro que no lo está y esto dificulte su reinserción. La reeducación, dicen, "es difícil y, con tanta gente, imposible". Los funcionarios creen que la masificación también perjudica a la reinserción de los internos.

En Teixeiro sólo hay siete de los 15 asistentes sociales que deberían estar trabajando sobre la población base de 1.008 presos, denuncia Prieto. Con estas condiciones, se le puede ofrecer al interno "comida, cobijo y poco más". Incluso, muchos reclusos les echan una mano en temas de mantenimiento. Desde A Lama critican que la Administración se centre en programar actividades culturales en detrimento del tratamiento real, con el que se está haciendo "muy poco". Aún así, hay internos que "están todo el día en el módulo", lamenta Iglesias.

Es "casi imposible" dar fechas para las salas de comunicación, en las que casi no se puede hablar debido al barullo, se retrasa la concesión de permisos por falta de funcionarios, se resiente el nivel sanitario... La atención a los internos es "un cúmulo de despropósitos", según los funcionarios, pero el director de A Lama pide "ser solidarios" con una situación que afecta a otras cárceles en España. "La Administración ha aumentado el número de trabajadores, se hace un esfuerzo", asegura. El delegado del Gobierno, Antón Louro, recuerda que el Estado ha invertido 30 millones desde 2004 en las cárceles gallegas, cinco este año.

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