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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Machismo a la italiana

Leo con gran placer su periódico, que entre la prensa internacional es sin duda el que da una visión más ajustada y lúcida de Italia, también en los artículos de los colaboradores italianos contra Berlusconi. Me permito sugerir algunas precisiones, sin embargo. No estamos asistiendo a ningún despertar del feminismo. Las 100.000 (bienvenidas) firmas recogidas por La Repubblica.it no son nada comparadas con los varios millones de mujeres clavadas ante una televisión que las persigue desde hace 30 años con una sopa de culos y salsa católica en la cual se reafirma el papel del hombre italiano obsesionado por el sexo, cada vez más frágil e infantil.

Debo precisar además que quienes siempre han callado sobre las mujeres, y los problemas urgentísimos que nos aquejan, son justamente la prensa y la política (incluido el centro-izquierda), que a falta de un pensamiento maduro han afrontado la historia de las escorts desde una veta moralista y petulante. Se han tardado cuatro meses en abrir un canal de protesta contra la enésima ocurrencia miserable del primer ministro: esto indica cuán poca inteligencia ha habido en la comunicación. Por no hablar de la estupidez de la política.

Antes de decidir organizar la "rabia femenina de masa", algunos periódicos hablaban del "silencio de las mujeres". Pero la Red estaba llena de indignación. Bastaba comprenderla y canalizarla. Y, en el caso de la política, transformarla en fuerza propositiva. Habría sido útil, quizá, además de la indignación por las orgías de Estado, recordar al primer ministro y a la nación que hay seis millones de mujeres paradas en Italia, que en el sur sólo trabaja una de cada tres, que las políticas de ayuda a la maternidad son ridículas, y que esto condena a masas cada vez más grandes de mujeres a cuidar a niños y ancianos y a quedar fuera de las carreras y el acceso al trabajo. O a no tener hijos.

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El ruido de fondo es obviamente la Iglesia y una política súbdita del Vaticano que no hace sino proclamar los sanos principios de la familia y de la vida.

En esta cultura, no deja de tener significado que en vez de escribir "vete ya", lo que supondría una toma de posición en el espacio público, las mujeres hayan puesto en sus camisetas "me has ofendido", que es como protestar contra el marido que te pega sabiendo que volverá a hacerlo.

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