BBVA tropieza con los cambios de cúpula
La polémica ha rodeado la marcha de José Ignacio Goirigolzarri como consejero delegado del BBVA. A su cuantiosa pensión, de tres millones de euros brutos anuales, se ha sumado el mal recibimiento en los mercados de la sustitución de Goirigolzarri por Ángel Cano, anterior responsable de Recursos Humanos y Medios.
Los tres días siguientes al anuncio del cambio se saldaron con retrocesos significativos, mayores que el depresivo tono de sendas sesiones. Las caídas fueron del 1,74% el miércoles, del 2,8% el jueves y del 2,37% el viernes. La semana se cierra así con un recorte del 4,44% que empaña la escalada que acumula desde que en marzo comenzara la recuperación bursátil y que le permite acumular un rebote superior al 180%.
A la vista de la reacción de las Bolsas, trabajo tiene Ángel Cano y Francisco González -el presidente del banco, que amplía su control sobre la entidad con el cambio- para hacer olvidar en los mercados la gestión de Goirigolzarri, un profundo conocedor del negocio, que en el periodo en que ha sido el segundo ejecutivo casi ha triplicado los beneficios.
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