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Los alcaldes socialistas fuerzan el apoyo del partido a la Lei do Solo

El PSdeG votará los cambios pese al malestar por las "formas" de Carlos Fernández

El PSdeG apoyará en el Parlamento la reforma de la Lei do Solo emprendida por la Xunta de Feijóo. La presión ejercida por los alcaldes socialistas, liderada por el presidente de la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp), Carlos Fernández, ha dejado poco margen de maniobra al partido que lidera Manuel Vázquez, que intentará en todo caso modular el proyecto de ley en la Cámara mediante enmiendas. Pero el respaldo final está prácticamente garantizado, lo que provocará una foto inédita en esta legislatura: la de populares y socialistas votando juntos, y en un asunto de tanto calado como el urbanismo.

Aunque circunstancial, la coincidencia entre populares y socialistas supondrá la primera grieta significativa entre los antiguos socios de Gobierno. Después de que el nuevo secretario general del PSdeG, Manuel Vázquez, marcara distancias con el nacionalismo, con el que su partido "no tiene nada que ver", afirmó, el debate de la modificación de la Lei do Solo permitirá visualizar el distanciamiento del PSOE y el Bloque, que se ha apresurado a denunciar "un pacto PP-PSOE" para emprender una reforma urbanística "ultraliberal".

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Una vez que Carlos Fernández firmó con Fejióo, el pasado miércoles, el Acuerdo Institucional por el Urbanismo, que incluye la reforma de la ley, los socialistas son conscientes de que se pueden "dejar algunas plumas" con su apoyo, en palabras de miembros de la ejecutiva. Pero la posibilidad de enfrentarse a los alcaldes del partido nunca se llegó a estudiar. El proyecto que el Gobierno de Feijóo trasladará al Parlamento está basado en un documento propuesto por la Fegamp a la Xunta en 2007.

Manuel Vázquez estuvo informado en todo momento del total respaldo al proyecto de la Xunta por el propio presidente de la Fegamp, que forma parte de los órganos de dirección del PSdeG, entre ellos la permanente de su ejecutiva. Pero en la dirección socialista no ha molestado tanto el fondo como las formas. En concreto, la escenografía de la firma del acuerdo, en el pazo de Raxoi, y entre halagos mutuos de los presidentes de la Fegamp y de la Xunta. "Se pasó de frenada", sostiene un colaborador de Vázquez. El propio secretario general confirma que "la puesta en escena" le pareció "excesiva".

Carlos Fernández, mientras, resta importancia al acto del pasado miércoles, y centra el foco en una reforma que "pertenece más a la Fegamp que a los partidos". "Llevamos con esto desde 2007, y es un proyecto claramente de los alcaldes, aunque los alcaldes tenemos partido y nosotros somos del PSOE", se explica. El representante de los regidores asegura que la propuesta ya fue transmitida al bipartito, que no la tramitó "por temor a que el PP se echara al monte".

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La reacción del PSdeG al conocer el acercamiento de la Fegamp a la Xunta para reformar la Lei do Solo consistió en "subir la apuesta", señala un dirigente del partido. Frente a las severas críticas del Bloque, que considera la modificación de la ley una "desregularización" que favorecerá la dispersión y la proliferación desordenada de urbanizaciones, los socialistas interpretan que se trata de un cambio "menor". El PSdeG eleva el tiro hacia un pacto por el urbanismo en sentido más amplio. La nueva Lei do Solo que la Xunta emprenderá tras esta reforma transitoria será el campo de juego para lograr ese consenso.

Fernández se muestra convencido de que todo el grupo parlamentario del PSdeG respalda su apoyo a la actual reforma, incluida la ex conselleira de Política Territorial, María José Caride. También Vázquez, a pesar de que sus reflexiones sobre los "parches" urbanísticos aplicados por el bipartito contenían una carga de profundidad contra la ex conselleira.

Protesta de jóvenes del PP ante la casa de Vázquez

Un pequeño grupo de militantes de Nuevas Generaciones del PP se concentró ayer frente a la casa del secretario general del PSdeG, Manuel Vázquez, en el municipio orensano de San Amaro. Los manifestantes portaban dos pancartas alusivas a la reforma de la casa, que según un expediente de la Agencia de la Legalidad Urbanística, fue realizada con un permiso para arreglar el tejado. Vázquez calificó de "gran falacia" las acusaciones.

La quinta enmienda

La reforma que el Gobierno gallego llevará en las próximas semanas al Parlamento será la quinta en siete años que sufre la Lei do Solo. A pesar de ser una de las normas que precisan de mayor estabilidad, no ha habido Ejecutivo en Galicia que renunciarse a retocar la legislación urbanística. Empezando por el propio que la alumbró, el de Manuel Fraga, que en 2002 sacó adelante en el Parlamento la denominada Lei de Ordenación Urbanística e Protección de Medio Rural (Louga).

Sólo dos años después de que se aprobara la Louga, y una vez que Alberto Núñez Feijóo sustituyó a José Cuiña en la Consellería de Política Territorial, se produjo la primera gran reforma de la

ley. Como ahora, se apelaba entonces a la conveniencia de "evitar la dispersión de la urbanización y edificación sobre el territorio", entre otras causas. Incluida la de "potenciar los establecimientos de acuicultura".

El bipartito de Emilio Pérez Touriño emprendió reformas desde dos frentes. Desde Política Territorial, María José Caride sacó adelante la ley de medidas urgentes de protección del litoral, de 2007, que modifica la Louga de 2004. Desde la Consellería de Vivenda, Teresa Táboas hizo lo propio con la Lei de Vivenda Protexida (2008) y la Lei de Vivenda (2009).

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