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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Toni Sailer, el 'galán' esquiador austriaco

Fue el primer ganador de tres oros en el esquí olímpico

Las máximas aspiraciones de cualquier deportista de élite son conseguir las medallas de oro olímpicas, los récords y los títulos mundiales. Quienes alcanzan esas cimas pasan a la historia como los más grandes. Si además son pioneros, al lograr la hazaña por primera vez se encuentran ya entre los elegidos más ilustres. Anton Toni Sailer, esquiador austriaco que falleció el lunes en su ciudad natal de Kitzbühel a los 73 años, después de una larga enfermedad, fue uno de ellos.

En el esquí alpino no hay récords como en otros deportes (sólo en el kilómetro lanzado de velocidad), pero Sailer logró uno clave al ser el primer hombre que ganó las tres pruebas olímpicas del programa en los Juegos de Invierno de Cortina d'Ampezzo (Italia), en 1956. Entonces aún no había el posterior supergigante, mezcla de los clásicos descensos y gigante, pero ganó ambas pruebas y el eslalon. Tenía 20 años.

Hazaña imbatida

Incluso aquel joven austriaco que logró la hazaña de sumar todos los oros posibles en aquella cita en los Dolomitas italianos, logró otra aún imbatida. Empezó ganando el eslalon gigante con 6,2 segundos de ventaja sobre el segundo clasificado. Y no paró ahí. Venció en las dos mangas del eslalon y sacó cuatro segundos de margen. En el descenso, para acabar, tuvo suerte al no caerse y la solidaridad del entrenador jefe del equipo italiano, que le prestó la pieza para las fijaciones de la bota a un esquí apenas un cuarto de hora antes de empezar la carrera. Pero acabó imponiéndose por otros 3,5 segundos.

Su calidad iba pareja con su superioridad en aquel momento. Era la punta del "iceberg" de la "armada" austriaca, sin duda la más potente del esquí alpino en todos los tiempos. Sólo contadas figuras de otros países han entrado en el salón de la fama de los privilegiados. Es el caso de Jean Claude Killy, el francés que igualó en los Juegos de Grenoble 68 la marca de tres oros de Sailer.

Sailer no pudo repetir dos años después de su hito olímpico todos los triunfos en los Mundiales de Bad Gastein (Alemania), en 1958, donde sólo fue plata en el eslalon, aunque sí volvió a ganar el descenso y el gigante. Pero el Relámpago de Kitzbühel, como se le conocía, ya lo había conseguido todo y su porte de galán le empujó a explorar otros firmamentos. Ya había empezado en el mismo 1956 de su gran fama a hacer pinitos en el cine. Hasta 1971 hizo más de 20 películas y grabó discos con canciones. Todo ya ligero, sin la profundidad de su verdadera huella como deportista.

Siguió ligado al esquí y fue el entrenador jefe de Austria en el ciclo olímpico de Sapporo 72 hasta Innsbruck 76, los segundos Juegos celebrados en su país. Estuvo a punto de ser alcalde de su ciudad, pero renunció porque no estaba dispuesto a dedicarse completamente a ello. Lo que le apasionaba realmente era su deporte, y hasta 2006, durante 20 años, fue el director de la carrera (el descenso) más prestigiosa y mítica del esquí mundial, el Hahnenhham. Nadie mejor que él.

Toni Sailer, en una  prueba en Cortina d'Ampezzo en 1956.
Toni Sailer, en una prueba en Cortina d'Ampezzo en 1956.AP

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