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Fraga: "Harán justicia si ponen mi nombre" a la Cidade da Cultura

Con su habitual sinceridad, el ex presidente de la Xunta Manuel Fraga afirmó ayer en una entrevista en RNE que la Ciudad de la Cultura no estuvo "nunca" concebida como "un mausoleo". El veterano senador volvió a defender una obra que su sucesor, Alberto Núñez Feijóo, entre otros cargos del PP, ha puesto varias veces en cuestión. Incluso propuso que el macrocomplejo cultural podría bautizarse con su nombre en el futuro. "No hice eso como un mausoleo mío, ni pedí que llevase mi nombre. Si alguien se lo quiere poner algún día, hará justicia, pero eso es otra historia" comentó, a propósito del proyecto que nació hace ocho años con 100 millones de presupuesto y que ya se ha comido 500.

Retirado en verano a su residencia de Perbes y a tres meses de cumplir 88 años, Fraga no admitió ninguna tacha a sus 16 años como presidente gallego: "Hice todo lo que pude. Después le daré un libriño, el último que he escrito, sobre el estado autonómico. Ya señalé cuando fui ponente de la Constitución que había el riesgo de entender que el Estado de las Autonomías es un Estado Federal. A mí me hubiera gustado, y así lo hicimos en Galicia, un Estado que no fuese una destrucción de la unidad de España". Durante la entrevista defendió su amistad con Fidel Castro y sus dos viajes a Cuba por "los vínculos especiales" de Galicia con la isla. Con menos cariño recordó otros episodios del pasado. Preguntado por una afirmación del también ex presidente autonómico Fernando González Laxe, quien criticó que Fraga no respetase su trabajo, éste respondió con el recuerdo de cómo Laxe llegó al poder: "ya que usted lo menciona, él se permitió tomar a un vicepresidente nuestro y cambiar la mayoría".

Defender el gallego

Preguntado por las decisiones del presidente de la Xunta actual, Alberto Núñez Feijóo, sobre la lengua en la enseñanza, señaló que "hay que defender el gallego absolutamente, pero no en contra del castellano. Es el error que algunos cometieron", dijo.

Fraga admitió que el hundimiento del Prestige influyó en su derrota electoral en 2005 "porque hubo toda una propaganda montada a nivel nacional. Después se vio que había sido una exageración lamentable de los de siempre". Ante el interrogante de ¿qué le queda por conseguir? responde: "La paz; la paz conmigo mismo, porque hay cosas que pude hacer y no hice". El ex presidente no explicó cuáles.

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