_
_
_
_

Peter Zadek, una leyenda de la escena alemana

Sus montajes como director llenaron los teatros de escándalos

El director de escena alemán Peter Zadek, famoso por lo escandaloso y poco convencional de sus montajes, falleció el 30 de julio a los 83 años en Hamburgo. Nacido en Berlín en 1926, su familia, burguesa judía, tuvo que abandonar Alemania con la llegada al poder de los nazis en 1933. Cuando la aviación alemana comenzó los bombardeos indiscriminados contra la población civil durante la II Guerra Mundial, la familia se mudó de Londres a Oxford. Allí estudió Zadek filología germánica y filología románica. De regreso a Londres estudió escenografía con Tyrone Guthrie. En la posguerra conoció a Edward Gordon Craig y a Jean Genet, que en 1957 le confió la dirección de su obra El balcón. El estreno londinense fue un gran éxito, el primero de Zadek, que regresó a Alemania en 1958.

Se convirtió en una leyenda del teatro alemán. Junto con Peter Stein y Georg Tabori formaba un trío de pesos pesados de la escenografía, cuyo trabajo influyó en media Europa. Pertenecía a una generación de desarraigados: "Cuando me preguntan qué soy, digo que soy judío. Pero también puedo decir que soy Peter Zadek. Ésa es la mejor respuesta. No siento que pertenezca a un país o a una religión, no me sentiría libre". Sobre las paradójicas consecuencias de la persecución que lo expulsó de su país natal en 1933 dijo que, a su regreso, le "molestaba el filosemitismo de los primeros años": "Parecía que un judío no puede hacer nada malo. Así que hice algo malo".

Se refería, probablemente, a los escándalos que acompañaron a algunos de sus estrenos. Su puesta en escena del Otelo de William Shakespeare provocó una algarabía en el Hamburgo de 1976. "Éste no es nuestro Shakespeare", le gritaban. Sin embargo, meses después, el teatro aún celebraba un llenazo tras otro. Su puesta en escena de El mercader de Venecia fue aún más criticada. Su Shylock, se decía, es un cliché antisemita. Este personaje le fascinaba: "Me he identificado completamente con el personaje, como judío, como marginado, especialmente aquí en Alemania".

Entusiasta de Shakespeare

Era un entusiasta de Shakespeare. Recientemente planeaba su vigésima puesta en escena de una pieza del inglés, Noche de reyes. Tuvo que dejarlo, obligado por la enfermedad, en mayo de 2007. En ese mismo año le retiraron el Premio Europeo de Teatro cuando avisó de que no podría asistir a su entrega en la ciudad griega de Tesalónica. Se quedó sin el premio y sin los 60.000 euros de dotación, que quería destinar a la puesta en escena de Noche de reyes.

Uno de los proyectos que no logró realizar fue el "teatro popular a precio de cine", que quiso organizar entre 1985 y 1989 en el Deutsches Schauspielhaus de Hamburgo. Entre 1992 y 1994 fue miembro de la directiva del Berliner Ensamble (BE), que abandonó tras diversas tensiones. Con su partida se disolvió la "banda de los cinco" que había pretendido hacer del BE una dirección clave del teatro europeo. Hablaba Zadek de su "tríada de dioses del teatro". Eran, además de Shakespeare, los dramaturgos Ibsen y Chejov. Además del Thalia de Hamburgo, Zadek fue director en el Burgtheater vienés. Entre 1972 y 1975 dirigió el teatro de la ciudad industrial alemana de Bochum. Allí brilló, hasta 1978, con sus legendarias puestas en escena shakespearianas.

Tras su muerte, se acumularon las condolencias de políticos, actores y gente del teatro. El logro más repetido fue el de haber revolucionado la escena alemana, que para algunos puso "cabeza abajo". "Su estética inconfundible", dijo la canciller Angela Merkel, "era radical, graciosa y sensible a un tiempo".

Peter Zadek, en 1995.
Peter Zadek, en 1995.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_