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Reportaje:

Un secuestro con descargas eléctricas y 'virus' de la KGB

Los cuatro raptores, de origen ruso, fueron detenidos en Marbella y Mijas

Juana Viúdez

Primero sentiría fiebre, después, sudores acompañados de mareos, vómitos y cualquier otro síntoma que presagiara la llegada de la muerte. Un grupo de secuestradores de origen ruso hizo creer a un compatriota al que raptaron en Estepona (Málaga) que le habían inyectado un virus experimental del KGB que acabaría con él en menos de 24 horas. Trataron de convencerle de que su única solución era un antídoto "que sólo ellos tenían" y decidieron dejarle en libertad para que reuniera los 12.000 euros de su propio rescate.

Afortunadamente, el rehén se arriesgó a que el asunto del virus fuera una patraña y los denunció en la comisaría. El pasado 4 de junio, agentes de la Unidad contra las Drogas y el Crimen Organizado (Udyco) de la Costa del Sol detuvieron a los cuatro raptores, de entre 57 y 24 años, sin que hiciera falta inyección alguna para sanar a la víctima. Están acusados de secuestro, torturas y tenencia ilícita de armas.

Uno de los captores llevaba encima un móvil con la 'prueba de vida' del rehén

La víctima contó a los agentes que sus secuestradores le abordaron en plena calle y que le colocaron una capucha. Después le condujeron a una vivienda donde pasó dos días recluido. En este tiempo recibió todo tipo de golpes, descargas eléctricas y amenazas. Como no consiguieron ningún dinero, pusieron en marcha el truco del virus de los antiguos servicios secretos soviéticos. Todo era poco para meterle el miedo en el cuerpo y garantizarse que volviera.

Tres de los secuestradores cayeron en el momento justo en el que ya se imaginaban rozando el botín con la punta de los dedos. Citaron al rehén en una tranquila terraza del núcleo marbellí de San Pedro Alcántara y decidieron esperarle tomando un café. En lugar del dinero, vieron cómo salían policías de todos los frentes.

Los investigadores les prepararon un fuerte dispositivo de seguridad. Sabían que se enfrentaban a hombres corpulentos y armados, así que utilizaron agentes de paisano y policías del Grupo de Operaciones Especiales (GOES) para localizarles y reducirles. La puesta en escena no impidió que opusieran una fuerte resistencia.

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Uno de ellos todavía guardaba en su móvil la prueba de vida del rehén. El aparato, que el secuestrador llevaba colgado del cuello, contenía fotografías en las que apreciaban todos los tipos de torturas y vejaciones que recibió su víctima.

La cuarta detenida es una mujer a la que localizaron en un diseminado de Mijas. Durante el registro, le intervinieron un arma de fuego, entre otros efectos. Todos fueron escoltados en coches policiales hasta la comisaría.

Este es el segundo secuestro protagonizado por ciudadanos rusos en Estepona en los dos últimos meses. A finales de marzo, un grupo ligado a un clan mafioso ruso secuestró a la mujer y a la hija de un empresario de este mismo país y reclamó dos millones de euros por sus vidas.

En apenas 24 horas y después de un rosario de llamadas, la Guardia Civil detuvo a dos de los secuestradores y consiguió liberarlas.

En diciembre de 2008, la policía detuvo a dos ciudadanos magrebíes por el secuestro de la esposa de un político de Tánger (Marruecos) y su nieto de tres años en una urbanización de esta localidad. En los tres casos, la rápida actuación policial ha evitado un desenlace trágico.

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Sobre la firma

Juana Viúdez
Es redactora de la sección de España, donde realiza labores de redacción y edición. Ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria profesional en EL PAÍS. Antes trabajó en el diario Málaga Hoy y en Cadena Ser. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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