_
_
_
_
Reportaje:Empresas & sectores

El Santander desafía a la 'city'

El banco pretende ganar un 25% más en el Reino Unido en 2009

Íñigo de Barrón

El cuartel general del Santander en Londres está en Triton Square, junto a Euston Road. Tritón era un dios griego del mar, hijo de Poseidón, que tocaba una especie de trompeta con una cocha de caracol con la que provocaba grandes olas en el mar. Su sonido era tan terrible que asustaba a los gigantes. Ahora parece que Emilio Botín, presidente del Santander, quiere ser el nuevo Tritón decidido a desafiar a los gigantes bancarios del Reino Unido en su propio terreno. Botín ha empezado el duelo con ventaja porque su solvencia y capacidad comercial son mayores que las de sus rivales, más preocupados por mantenerse en pie que otra cosa, pero la batalla será larga.

En noviembre de 2004 compró el sexto mayor banco del Reino Unido, Abbey Nacional, por el que pagó alrededor de 12.500 millones de euros. El Santander se lo quitó a uno de los grandes, el HBOS, que le advirtió, por boca de su consejero delegado, que "lo único que no vamos a hacer es ponérselo fácil". Hoy HBOS no existe. Fue comprado por Lloyds. La entidad resultante, tras asumir enormes pérdidas, ha tenido que ser nacionalizada.

La entidad unificará todas sus marcas en el Reino Unido en 2010
El objetivo es captar un millón de cuentas corrientes en este mercado
La morosidad es del 1,13%, más baja que la media del sector
El terreno es hostil. La prensa británica advierte de la salud de la banca española

Hace cinco años la prensa y los analistas recibieron al Santander con una aversión mal disimulada. Hablaron de la vuelta de la Armada Española, de "protestas de clientes enfadados", "un duro golpe a los británicos", etcétera. El encargado de lidiar con ese miura en la City londinense fue Francisco Gómez Roldán, número tres del Santander, que ocupó el puesto hasta mediados de 2006, cuando falleció. Cumplió su tarea con éxito. En 2004 el beneficio de Abbey fue cero. Un año después logró casi 440 millones de euros y en 2009 espera superar los 1.555 millones de beneficio bruto, un 25% más.

Tras Gómez Roldán, Antonio Horta-Osorio tomó el relevo. En septiembre y octubre pasado, en mitad del crash financiero, el Santander adquirió las oficinas y los depósitos de Bradford & Bingley y el banco completo Alliance & Leiscester. Pagó 2.100 millones más. Ya no hubo ataques porque fue el propio Gobierno de Londres el que pidió al banco español que adquiriera las entidades averiadas.

Nueve meses después de esta compra, a principios de la semana pasada, Horta-Osorio ha anunciado que el Santander, a lo largo de 2010, pondrá su nombre a las 1.300 oficinas y acabará con las tres marcas británicas. Todo un desafío porque se juega su prestigio con la calidad de servicio al cliente. Sin duda, la tecnología será la clave. Otro factor importante es el rechazo de clientes que no quieran trabajar con el Santander, "pero eso ya lo hemos estudiado y es irrelevante", asegura Horta-Osorio.

El terreno británico sigue siendo hostil y la prueba es que el mismo día que se conoció la noticia de la españolización de marcas, la prensa de Londres publicó la difícil situación de la banca española por la morosidad hipotecaria, poniendo como ejemplo que el Santander ha adquirido inmuebles por 4.000 millones. Y cómo no, otra vez el tópico de "la vuelta de la Armada Española con la llama [el logotipo] del Santander".

El orgullo británico está herido. Y hay motivos. De los 10 grandes grupos financieros que había en agosto de 2007 sólo quedan seis, de los cuales uno es el Santander y otros dos (Lloyds-HBOS y Royal Bank of Scotland) están nacionalizados. El banco español se ha consolidad como quinto de la City, con 212.000 millones de euros en créditos y 150.000 millones en depósitos. "Los bancos ingleses olvidaron que lo más importante de este negocio es la prudencia, el capital, la liquidez y la gestión del riesgo", recuerda el ejecutivo del Santander.

La debilidad bancaria de sus competidores se refleja en números. "En el segundo semestre de 2008 captamos 4.000 millones de libras en depósitos mientras el resto de entidades perdieron 8.000 millones", afirma Horta-Osorio. Esta es la ventaja del Santander. Pero crecer en el Reino Unido es peligroso. La economía está atravesando un túnel con una caída del PIB al 4,1% negativo, un paro del 9% y los tipos de interés casi al cero. La peor situación desde la II Guerra Mundial.

El Santander quiere crecer en cuentas corrientes (un millón más, el 15%, en 2009) y en el crédito a pequeñas empresas, así como en hipotecas. La morosidad del grupo español es ahora del 1,13% frente al 2,39% del sector. Pero las pymes pueden originar impagados dentro de dos o tres años. "Es arriesgado tomar esta posición, pero lo haremos con mucha prudencia y con la experiencia del grupo en banca comercial", dice el consejero delegado.

¿Qué pasará cuando terminen las integraciones de los dos últimos bancos? El Santander no reconoce estar pendiente de la privatización del Norther Rock, pero en el mercado se teme que le haya cogido demasiado gusto a crecer a base de compras, con lo arriesgado y caro para los accionistas que puede suponer, y se olvide de ganar cuota de manera orgánica. -

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_