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ELECCIONES EUROPEAS | Campaña electoral

Rajoy evita citar a Mayor Oreja en su único mitin en Cataluña

El líder del PP busca apoyos denunciando los "engaños de Zapatero"

Miquel Noguer

La agenda de campaña de Mariano Rajoy corre paralela y casi sin cruzarse con la del candidato del Partido Popular, Jaime Mayor Oreja. Además de coincidir poco, el veterano político vasco suele aparecer en contadas ocasiones en los discursos de Rajoy, quien prefiere aprovechar sus apariciones para hacer su propia campaña. Este fenómeno se elevó ayer a la máxima potencia coincidiendo con el desmarque generalizado que los dirigentes del PP han hecho de su candidato tras alinearse Mayor con el cardenal Antonio Cañizares en sus afirmaciones de que el aborto es peor que la pederastia.

Rajoy limitó al extremo las referencias, y sobre todo los elogios a su candidato en el mitin que protagonizó en Esplugues de Llobregat (Barcelona). Como en la jornada anterior en Castellón, Rajoy evitó cualquier comentario sobre las tesis de Mayor más cercanas al ala dura de la Iglesia. El escenario, un municipio donde los socialistas arrasaron con el 51% de los votos en las generales, tampoco acompañaba.

La escuela debe estar menos preocupada por "lenguas y otras historias", dice Rajoy

El presidente del PP prefirió centrar su mitin en denunciar los "engaños de Zapatero" a los catalanes. Hubo que esperar al final del mitin, al que asistieron un millar de personas, para hallar una muestra clara de complicidad con su candidato. Rajoy dijo que en las europeas lo que hace falta es "menos ceja y más Mayor Oreja". La metáfora venía a cuento por las últimas muestras de apoyo al PSOE surgidas del mundo del cine, el mismo que apoyó a Zapatero en 2008 con el vídeo con la ceja del líder socialista.

Si las últimas palabras sobre el aborto y la pederastia de Mayor Oreja pueden explicar el distanciamiento de los últimos días, fuentes del PP catalán tampoco ocultan que su candidato europeo es poco popular en Cataluña. Y no sólo por sus tesis conservadoras en lo moral. También por sus feroces críticas al catalanismo y a los nacionalismos periféricos, que no hacen más que movilizar el voto anti-PP en Cataluña. Entre los dirigentes del partido en esta comunidad todavía escuece el reciente elogio que Mayor hizo desde Barcelona al hecho que su bisabuelo prohibiera el uso del euskera en casa para asegurar la hegemonía del castellano en la familia.

Con esta polémica todavía caliente, Rajoy evitó ayer grandes ataques a la política lingüística de la Generalitat y se limitó a pedir una escuela menos preocupada por "lenguas y otras historias". En el municipio que vio nacer y entrar en política a la ministra de Defensa, Carme Chacón, Rajoy se centró en recordar que la Generalitat sigue sin nueva financiación casi un año después del plazo fijado por el Estatuto y que el presidente Zapatero ha incumplido sus compromisos de traspasos de competencias a Cataluña. Por eso planteó las elecciones del 7-J como "una guerra a la mentira y al engaño".

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Como es habitual, también brillaron por su ausencia las referencias a los casos de corrupción que salpican a dirigentes del PP. Rajoy sí volvió a enfatizar que el vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves, no haya dado explicaciones sobre la supuesta subvención que concedió, como presidente de la Junta de Andalucía, a una empresa en la que trabaja su hija. "Darán explicaciones, los llevaremos al Congreso y deberán explicarse, pues el dinero de los contribuyentes debe dedicarse a beneficiar a todos, al interés general, no a la hija a la que dan la subvención", dijo Rajoy.

Rajoy, junto a la presidenta del PP catalán, durante una butifarrada celebrada ayer en Esplugues.
Rajoy, junto a la presidenta del PP catalán, durante una butifarrada celebrada ayer en Esplugues.T. GARRIGA

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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