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37ª jornada de Liga

El estadio, de vacaciones

Eleonora Giovio

En el estadio Bernabéu sólo falta el cartel de "cerrado por obras". Es como si la temporada del Madrid hubiese terminado el 2 de mayo con la goleada del Barça. Por mucho que el locutor gritara más que en todos los partidos de esta campaña juntos, que ya es difícil, el ambiente se parecía más al de un amistoso. Se registró, de hecho, la peor entrada de la campaña: 45.000 espectadores.

La avenida de Concha Espina, en un flanco del Bernabéu, siempre está cerrada al tráfico hora y media antes del comienzo del partido para acoger a los aficionados y sus litronas. Ayer, nada. Casi no circulaba nadie. A unos pocos metros, unos voluntarios esquivaban los coches para ir preguntando a cada quien si era socio del Madrid y si le apetecía rellenar una encuesta. Que si estaban o no contentos con la gestión del ya dimitido Ramón Calderón, a qué presidente votarían, a quién ficharían y cómo valoraban el rendimiento de la plantilla.

Dentro, como si el club ya tuviese respuesta a la primera pregunta, donde antes lucían las fotos de Calderón junto a los capitanes de fútbol y baloncesto y sus trofeos, ya no hay nada. Sólo las fotos de Raúl, Torres, Salgado y compañía. Y Guti. El canterano, anoche, no pudo disfrutar del último partido de la temporada en casa, delante de su afición. Juande Ramos se lo negó, una vez más, dejándole fuera de la convocatoria por decisión técnica. Jugador y entrenador no han tenido nunca una buena relación. En Liverpool, en la despedida de la Champions, Juande hizo salir a Guti cuando el equipo ya perdía por 3-0.

Ayer no estaba Guti, pero sí entró el dormilón Faubert, que en El Madrigal se echó una cabezadita en el banquillo. "El jugador que se lo ha ganado tendrá el reconocimiento de su público", dijo Juande el sábado cuando le preguntaron si daría minutos a los que han jugado poco.

El Bernabéu, también de vacaciones, no se ensañó con el equipo hasta el final. Sí pitó a Faubert cuando salió a calentarse. A Cannavaro le reservó una gran ovación en su despedida. El italiano salió del campo con el público de pie. Él se lo agradeció con dos reverencias y, al final, regaló su camiseta a los Ultra Sur. Tras las despedidas, el público se entretuvo lanzando aviones de papel al césped. No hubo pitos para Juande, quien, aunque tiene un preacuerdo con el Atlético, sigue entre las preferencias de los madridistas. Los pitos sonaron al final.

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de sociedad especializada en abusos e igualdad. En su paso por la sección de deportes ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de EL PAÍS.

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