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Reportaje:

Un rayo de luz para los bebés azules

Científicos españoles investigan con un láser para medir oxígeno en el cerebro

La hemoglobina es una proteína que se encuentra en la sangre y que se encarga de transportar el oxígeno a todos los órganos del cuerpo. Sus propiedades ópticas la hacen especialmente sensible a la luz exterior, que es capaz de sobrepasar la piel y otros tejidos humanos. Incluso el cráneo. Los científicos quieren aprovechar este principio para desarrollar técnicas para monitorizar la concentración de oxígeno en el cerebro de bebés con patologías cardiacas, prematuros y en adultos que hayan sufrido un ictus.

Físicos del Instituto de Ciencias Fotónicas (Icfo) de Castelldefels (Barcelona), neonatólogos del hospital infantil de Sant Joan de Déu de Barcelona y del hospital infantil de Filadelfia (EE UU) trabajan juntos en el desarrollo de un sistema para controlar los niveles de oxígeno en el cerebro de los bebés azules, recién nacidos que presentan este color porque su sangre no tiene suficiente oxígeno. En concreto, se probará con los que sufran trasposición de vasos, una malformación congénita que hace que las arterias aorta y pulmonar estén intercambiadas. En personas sanas, la aorta está conectada con el ventrículo izquierdo, y la pulmonar con el derecho; esto hace que la sangre oxigenada en los pulmones llegue al corazón y salga por la aorta para repartirse por todas las partes del cuerpo. En los bebés azules, están conectadas al revés, lo que hace que la sangre oxigenada vuelva al pulmón y no circule por el resto del cuerpo.

Para evitar la muerte, nada más nacer se les practica con un catéter una incisión en la pared ventricular. Es una solución temporal que permite que se mezcle la sangre oxigenada y la que no. A las dos semanas, los médicos ya pueden operarlo y reconectar las dos arterias correctamente.

Durante todo este tiempo, los médicos vigilan el flujo de sangre en todo el cuerpo, con un pulsioxímetro colocado en el dedo también controlan con luz el oxígeno en la hemoglobina. Sin embargo, no permite precisar cuánto llega al cerebro. De hecho, la mala oxigenación cerebral podría ser uno de los motivos por los que más de una cuarta parte de estos bebés sufre diferentes niveles de déficit cognitivos. El sistema, desarrollado por Turgut Durduran, investigador del Icfo, consiste en una diadema con una fibra óptica que se coloca en la cabeza del bebé. Emite un tipo de luz láser que, en tiempo real, registra diferentes longitudes de onda según si es absorbida por hemoglobina oxidada o reducida. "Es un primer paso. Si funciona, podremos aplicarlo a otras patologías, tanto en bebés como en adultos, en las que resulta vital tomar medidas precisas sobre la oxigenación del cerebro", afirma Turgut.

De momento, en el proyecto participarán los bebés azules que nazcan en el hospital de Sant Joan de Déu. "Conocerlo nos permitirá aplicar actuaciones más dinámicas y precisas", afirma la neonatóloga Ana Riverola.

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