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Reportaje:

La Feria del comer y poco más

El paseo a caballo y las atracciones sufren más la crisis que la hostelería

Ángeles Lucas

"¿Tú ves que haya crisis?", dice sudando el encargado del bar de una caseta pública tras un mostrador abarrotado de personas pidiendo de comer y beber. "No paramos, la gente viene a disfrutar y gastarse lo que haga falta", comenta mientras prepara un rebujito y pide una tortilla.

La Feria de Abril de Sevilla, que empezó el pasado lunes y termina mañana, está registrando una afluencia de personas extraordinaria, a veces es difícil caminar sin tropezarse con alguien en los 450.000 metros cuadrados y 1.047 casetas que copan el recinto. Que el martes fuese día festivo para los sevillanos, y ayer para los españoles se ha sumado al buen tiempo, factor que anima la fiesta, y con ella, la economía.

El buen tiempo y los días festivos han animado la afluencia de gente

Desde principios de semana se estimó la ocupación hotelera en un 100% y se está cumpliendo. "Todas las habitaciones de la ciudad están reservadas, estamos derivando a los clientes a los pueblos", comenta José Manuel Ledesma, presidente de la Federación Andaluza de Hosteleros. Renfe ha previsto 22.000 plazas más en el AVE, de las que se han cubierto más del 90%.

"Estamos deseando que llegue la gente de Madrid, se gasta el dinero sin mirar el precio", comenta Milagros, dueña de una tienda de complementos de gitana. "No hemos notado la crisis. Puede que la gente haya preferido cambiarse de abalorios en vez de comprarse un traje", dice. La venta de vestidos se ha reducido un 60%, según Pilar Vera, presidenta de la Asociación de Empresarios de Moda Flamenca de Andalucía. Pero no disminuye el beber y comer.

La jarra de rebujito ronda los ocho euros y medio, la tortilla, cinco, y el plato de jamón, 13. Felipe lleva 14 años al frente de una caseta particular y dice que ni él ni sus compañeros están reduciendo los pedidos.

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Se deja dinero a pie de calle, pero no cuando hay que subirse a algo, ya sea un coche de caballo o una atracción. Los cerca de 900 euros al día que vale lucir un carruaje por el Real es un lujo, aunque se han aprobado las 1.400 matriculaciones que oferta el Ayuntamiento. "Otros años no podíamos atender a los clientes y ahora sobramos", dice Manolo, que lleva 22 años de cochero.

Y no sólo el caballo, también el canguro. Las atracciones son prescindibles. "Ahora vale tres euros. Lo hemos bajado entre 50 céntimos y un euro y no viene más gente", dice Elena.Tampoco han ganado los que se suben a los escenarios. Se han reducido las contrataciones y el caché a los grupos de música.

La descoordinación del transporte público, sigue, como otros años, marcando la feria. Los taxistas se quejan de que se usa menos su servicio, y más el metro y los autobuses, que lleva contabilizados 413.954 viajeros, un 31,71% más que en 2008.

El Ayuntamiento de Sevilla también ha intentado ahorrar, aunque no ha cancelado ningún acto oficial y ha contratado las mismas orquestas que otros años. Ha bajado los vatios de las bombillas en un 17,57%, que se deben haber encendido todas para iluminar a tanta gente. El martes se recogió más basura que en el mismo día en los últimos nueve años.

Tras pedir la tortilla, el encargado del bar recoge su mostrador lleno de platos de plástico vacíos, y después come algo.

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Sobre la firma

Ángeles Lucas
Es editora de Sociedad. Antes en Portada, Internacional, Planeta Futuro y Andalucía. Ha escrito reportajes sobre medio ambiente y derechos humanos desde más de 10 países y colaboró tres años con BBC Mundo. Realizó la exposición fotográfica ‘La tierra es un solo país’. Másteres de EL PAÍS, y de Antropología de la Universidad de Sevilla.

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